(El español dominicano (en términos lingüísticos) es considerado por prestigiosos hispanistas como el más innovador y revolucionario
de las Antillas y gran parte de América).
de las Antillas y gran parte de América).
Salvo Brasil, la colonización española implantó su lengua en toda Latinoamérica y parte de territorios de Estados Unidos que éste despojó a los mexicanos. Como es lógico, cada país imprimió sus características particulares al idioma español. República Dominicana no escapa a esta realidad. A continuación presentaremos de forma resumida las características más importantes del habla actual de los dominicanos, como una orientación a las personas que, de otros países y culturas, leen mi blog.
Fue Pedro Henríquez Ureña en su obra de 1940 "El español en Santo Domingo" (Editora Taller,1982. Cuarta Edición) quien inició el estudio serio y sistemático de las características del español dominicano, aunque bajo una óptica filológica, semi-científica, en muchos casos por "meras impresiones" como el mismo confiesa. Sin embargo está constatado que conoció y leyó el "Curso de Lingüística General" de Saussure, iniciador de los estudios modernos y científicos de esta disciplina. Max A. Jimenes Sabater ( hijo de un gran intelectual dominicano: Juan Isidro Jimenes Grullón) 35 años después (1974) completó la obra de Henríquez Ureña en una investigación de campo que plasmó en su obra "Más Datos sobre el Español de República Dominicana"(Editora de la UASD, 1984, Segunda edición).
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Existen varios antecedentes (antes de "El Español en Santo Domingo") de los estudios del español dominicano, pero parciales; es decir, centrados en un aspecto de la lengua, generalmente el léxico o refranes. Estos han sido "Palabras Indígenas de la isla de Santo Domingo" de Emiliano Tejera; un apartado sobre "nombres del idioma haitiano" que insertó José Gabriel García en "Memoria para la Historia de Quisqueya" o el "Diccionario de Criollismos" (1930) de Rafael Brito.
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Los dos intelectuales coinciden en que, igual que en toda Iberoamérica, los hablantes dominicanos han suprimido el sonido de varios fonemas. Se refieren a que no existe en el español dominicano el fonema o sonido "LL"(elle), sólo se conserva en la escritura y solemos pronunciarlo como una "Y"(ye). Esto significa que no decimos "caballo" sino /cabayo/, pronunciación que incluso en España no se realiza, salvo en el español de algunas regiones de Castilla y León. Por otro lado igualmente se ha hecho con los antiguos fonemas del español "SS", "Ç", y "Z", unificados en la "S". Es lo que ha venido a llamarse el seseo. Además el único sonido que se conserva es el bilabial "B", desapareciendo el labio-dental "V".
(Recuerdo como en la escuela primaria, cuando llegaba el momento de la lectura, los maestros nos obligaban, hasta el hastío, a pronunciar la "uve" como si fuésemos castellanos).
El dialecto dominicano es especialmente de "una marcada influencia andaluza" y canaria en su aspectos fonéticos, con una gran carga de arcaísmo como reductos del español medieval. Es lo que Henríquez Ureña caracteriza como "aire antiguo". Esos arcaísmos se dan en las zonas rurales, esencialmente, pero también en ciertas urbanas; se manifiestan , por ejemplo, cuando se dice "ansina", "acotejar", "dende", "celebro", "aguaitar" "jeder"...
(Sin embargo, después de Pedro Henriquez Ureña, el primer estudio científico, con aplicación de registros orales fruto de la investigación de campo, lo realizó el español Tomás Navarro Tomás en 1956 en su "Apuntes sobre el español dominicano". Tenía un carácter parcial. Luego vino la obra de Jimenes Sabater ya mencionada)
Las tres principales zonas geográficas del país (Cibao o Norte, Sureste y Suroeste) no constituyen exclusivamente zonas geográficas o agro-económicas, sino también territorios con cierta unidad lingüística.
Las tres regiones lingüística de la República Dominicana a su vez son zonas geográficas agro-económicas. |
LA REGIÓN NORTE O CIBAO se caracteriza por convertir las consonantes "R"y "L" situadas al final de sílaba en una "i", sin importar que sea al terminar o en medio de la palabra. Es lo que los estudios de la ciencia de la lingüística denominan vocalización. Por eso se dice "morai" por moral, "caita" por carta, "traei" por traer, "coitai" por cortar.
De esta práctica surge un caso gracioso, a saber, y es que como de una región a otra se critica el habla de las demás, muchos hablantes cibaeños cometen el error de la ultracorrección. Para evitar burlas expresan "acelte" por aceite. Es decir que creen que aceite, siendo la forma correcta, es una forma del cibaeño, por lo que tienden a "corregirlo" erróneamente. Esto lo repiten con otras palabras que por su etimología y estructura nacieron con la "i", como Seibo, soy; entonces se dice "Serbo" o "sor". Los cibaeños más instruidos de esta región, estudiantes universitarios o profesionales, suelen evadir esta vocalización, trastocando la vocal aludida por una "H" aspirada. Entonces expresan "cuehno"(cuejno).
LA REGIÓN SUROESTE (el Sur)) diferente a la anterior tiene la "R"como preferencia en vez de la L final de sílabas. En la mayoría de las provincia esa "R" tiene un sonido múltiple, lo que quiere decir más fuerte de lo habitual ("err surr", por ejemplo). El plural suele manifestarse de una manera reiterada, se hace dos veces. Se dice "muchachoses" en vez de muchachos, "muñécases" en vez de muñecas, y así por el estilo.
LA REGIÓN SURESTE (el Este, que incluye la capital de la República) prefiere la L en tal caso. Te dirán "calne" por carne. Aunque es exclusivo de esta geografía, aparece en varias provincias sureñas.
Parte de los hablantes de esta región aplica el fenómeno en el que las "R" y las "L" finales de sílabas se asimilan o se convierten en las consonantes que le proceden cuando éstas son N, B o P. Por ejemplo "cabbón" por carbón; "canne" por carne o "cappeta" por carpeta, semejante a como en términos generales pronuncian los cubanos. Es influencia de las lenguas africanas en el español de los dominicanos.
En Villa Mella, un municipio a pocos kilómetros de la capital, y cuyos habitantes son mayoría de raza negra, se registra un curioso caso. Convierten la D entre vocales, en una R. Dicen "navirá" en vez de navidad; "toravía" por todavía. Como anécdota diré que los villamelleros suelen ser llamados "los polvoruses" porque el azúcar es denominada como "polvo dulce", término que traducido a su peculiar expresión sería "polvoruse".
(El mismo fenómeno se da en Colombia, en la comunidad de San Basilio de Palenque, en Cartagena: Ver mi trabajo "El palenquero: una lengua criolla de Colombia" en este mismo blog).
Caso muy particular dentro de la región Cibao es la península de Samaná. Coexisten el inglés, el español y el creole haitiano. Muchas familias se desenvuelven dentro del bilingüismo. Esta provincia ha estado en estudio. El lingüista dominicano Celso Benavides estuvo en esa labor y, en sus conclusiones de una investigación de campo realizada, ha planteado la hipótesis de que allí hay un proceso de formación de un criollo o kreol que puede cristalizarse o no.
(Criollo o kreol es una nueva lengua surgida por la fusión de dos o más lenguas. El idioma haitiano es fruto del cruzamiento de lenguas africanas, francés y español. El papiamiento en Curazao, Aruba, etc., constituye también una lengua criolla).
En San Pedro de Macorís, al este, y en Puerto Plata, al norte, también se preserva el inglés en una parte de sus habitantes descendientes de los esclavos llevados a República Dominicana desde otras islas de las Antillas Inglesas. Por eso no es raro encontrar en esas provincias, y en Samaná, dentro del onomástico del español dominicano, apellidos como Smith, Willian, Jackson, Bell, Carter, Carty...
Nuestro léxico cuenta con la palabra "chin" con significado de poco o escaso, que además se superlativiza con "chin chin". Sería una especie de adverbio o, en otros casos, adjetivo. Por otro lado, el español dominicano, a su vez, recibe influencia de Haití . Ya Pedro Henríquez Ureña escribía que "En la provincia de Montecristi, "la linea", recibe elementos léxicos del patois criollo de los haitianos. Igual sucede(...) en toda la frontera entre las dos pequeñas naciones, de norte a sur", aportando palabras como "pitisalé", una especie de carne seca y salada, carabiné, guanguá...
El dialecto dominicano posee además numerosos indigenismos como ají, bohío, canoa, bija. Africanismos como ñame, cachimbo, can, bembe...
El dominicano ha creado nuevas palabras partiendo del inglés (son anglicismos). Han surgidos por confusiones en la pronunciación o por tomar la marca de un producto por el producto en sí. "Colín" es una variedad de machete, viene de la marca "Collins". "Chercha" es una algarabía y procede de "Church"(iglesia) al parecer por la forma exaltada, con mucho canto y movimientos alegres, que los feligreses de las iglesias protestantes anglicanas tenían al hacer sus cultos. "Guachimán" es vigilante, procedente de "wachtman"; "suiche" de "switch" (interruptor) o "seibó" de "sideboard"(aparador o mueble para colocar platos, vasos, cubertería, etc.). También muy utilizado en la actualidad es "rimel", producto para las pestañas de marca Rimmel" o bate del inglés "bat" en el léxico del béisbol. Unas muy pocas del italiano como "ecolecuá" (eso es, así es), o aquella expresión que, procedente de "pian pianito"(con tranquilidad), nuestras madres nos lanzaban como una advertencia para que nos atengamos a las reglas: "¡muchacho, ándate pianito eh!". De las lenguas de España tenemos "abur" la transformación de "agur" del idioma vasco, con el mismo significado: adiós, hasta luego. Del gallego nos viene morriñoso de "mourriña".
Todas estas variantes, que a veces suelen llamarse "mal hablao", constituyen las innovaciones que realiza el hablante, Y pese a que las academias de la lengua quieren imponer normas estándares, el pueblo, al fin y al cabo, es quien transforma los idiomas( recuérdese que el español surgió de la transformación del latín vulgar), si no sucediese así, todavía hablaríamos la lengua de los romanos. Luego es la RAE (Real Academia Española), y sus satélites en América, la que incluye esos nuevos vocablos en el diccionario obligadas por el uso cotidiano, tal y como sucede en la situación que expongo en los siguientes párrafos.
Ya está siendo objeto de estudios en ciernes. El periodista dominicano Fernando Quiroz en un artículo publicado en el diario Hoy, hace un inventario de las palabras y frases utilizadas y llega a la conclusión, dando ejemplos, de que se está generalizando.
Ejemplos de eso serían: "friquiao" de "freak out"; "en tu mente"de "in your mind"; "estoy quitao" de de "quit out". Por otro lado "cool"(kul) es utilizado con dos sentidos: primero como frialdad, desinterés, ejemplo en la frase "está fría (conmigo)", "to be cool"; en segundo término como estar bien, estar bonito: "¡Qué cool está eso".
Para expresar que alguien está muy apresurado o embalado se dice "está "brisiao" del verbo inventado "brisiar" trasladado directamente del inglés "breeze"igual a brisa, supongo que por aplicarle una figuración con la brisa que corre, que va deprisa. Otros términos son "Ta to" del inglés "all is ok.", con la diferencia que el proceso es traducir primero el significado al español, "está todo bien", y luego simplificarlo por la ley lingüística del menor esfuerzo que culmina en "ta'to". Aparecen otras palabras como "juquiao", estar loco o borracho.
De momento son barbarismos en el evidente proceso de adaptación y fijación en el español de los dominicanos, pero que ya van penetrando en diferentes sectores sociales, incluso entre los políticos.
El español dominicano es considerado por muchos lingüistas prestigiosos de América y España como una de las modalidades del español más innovador y revolucionario de las Antillas y gran parte de América.
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