c) República Dominicana/Haití: Entre la Solidaridad y el Desprecio Mutuo.
Por una peculiaridad, la República Dominicana obtuvo una segunda independencia de la República de Haití. Y esto gestó unos conflictos sobredimensionados que continuaron hasta el siglo XXI, aunque las guerras entre las dos naciones terminaron en 1856. En esa época la República Dominicana se consideraba, y lo era, superior militarmente, por eso Gregorio Luperón(GL), cuestionando y rechazando a su vez si la Anexión a España que cristalizó Pedro Santana en 1861 fue por defender al país de otras embestidas haitianas, expresaba:
Imagen de Gregorio Luperón suministrada por el historiador Emilio Cordero Michel en un número de la Revista Clío. Se nota un tanto estilizada. |
"El pueblo dominicano no podía temer a Haití cuando durante doce años, por mar y tierra había rechazado sus ataques y salido gloriosamente vencedor en todos los encuentros".(1)
Gregorio Luperón conservaba la clásica opinión arraigada en su época de que la unión de los habitantes de la parte este de la isla Española (que aún no se llamaban dominicanos) con la República de Haití "ningún bien material ni moral dejó en ventidos años de dominación de Santo Domingo".(III,51), aunque sí especificaba en lineas más adelante de su libro... "salvo la libertad de los esclavos en la parte española, que conservaba la esclavitud por torpeza de Don Juan Sánchez Ramírez y de Don José Núñez de Cáceres".(2)
Cualquier pretexto servía para reafirmar esa visión prejuiciada. Por ejemplo cuando el gobierno haitiano no colaboró a favor de Dominicana en la guerra que sostenía contra España, esto era visto por Luperón con mucho recelo rememorando quizá la ocupación de 1822...
"no lo quizo hacer, quizás esperanzado que los patriotas, agobiados por el peso de una lucha desigual, se hubiesen echado a los brazos de la nación haitiana".(3)
No obstante esa percepción, GL alertaba enseguida que
"es conveniente no dejar arraigar ciertas prevenciones que con razón o sin ella pueden establecer un antagonismo entre los dos países, pues vendría en favor de la aviesa política americana, tan amenazante y peligrosa para ambos estados".(4)
Decía esto durante su gobierno provisional de 1879/80, y como pueden constatar, por encima del prejuicio, su prioridad era reforzar el Antillanismo para que fuera muro solidario y de contención ante el imperialismo naciente de Estados Unidos; por eso incitaba a la amistad solidaria:
"Esa armonía es tanto más necesaria entre los dos pueblos, cuanto más tenaz es la tendencia invasora de los norteamericanos. Una alianza cordial y defensiva de las dos repúblicas será un hecho sumamente conveniente" (5)
Pero los desencuentros entre los dos países no impidieron el intercambio comercial y el refugio de políticos de uno u otro lado cuando peligraban sus vidas; o cuando usaban el territorio vecino como base de operaciones para emprender el hostigamiento contra sus malos gobiernos, ya que sucedía igual en Haití y en República Dominicana: éstos no duraban por la lucha de los caudillos sólo por sus intereses personales.
La incursión en territorio haitiano la hizo Luperón en su lucha contra el gobierno de Baéz y contra el de Ulises Heureaux (Lilís), y de su rebelión contra este último se ufanaba de los apoyos que tuvo de los haitianos "los hombres más patriotas del mundo"...
La incursión en territorio haitiano la hizo Luperón en su lucha contra el gobierno de Baéz y contra el de Ulises Heureaux (Lilís), y de su rebelión contra este último se ufanaba de los apoyos que tuvo de los haitianos "los hombres más patriotas del mundo"...
"Los haitianos (...) tanto de la Ciudad del Cabo, como los de las comunes inmediatas, acudían a tropel no solo a manifestar sus simpatías por la Revolución, sino a ofrecerle concurso, porque comprendían que la integridad de las dos repúblicas está profundamente amenazada con la permanencia del General Heureaux".(6)
Pero vamos a seguir con el gobierno de Luperón de 1879, para destacar unos incidentes con el gobierno haitiano a los que dio resolución de forma contundente y aplastante.
Presidente haitiano Salomon |
La respuesta de GL fue contundente; decía que las exigencia del presidente de Haití eran improcedentes y conminatorias, por lo que...
"la renovación de sus exigencias sería considerada como una declaración de guerra que ninguno de los dos pueblos estaba en condiciones de hacerse".(7)
Se pusieron medidas restrictivas en la frontera, se boicotearon ambos los intercambios mercantiles: los comerciantes dominicanos, que eran muchos, no podían ir a Haití a llevar mercancías y carnes; los haitianos no podían vender las suyas.
El Gobierno Provisional de GL dio un plazo de quince días a Salomon para que declarara formalmente si respetaba aquel tratado firmado en 1874. Pero aquí entra la jugada de Luperón, que sí era conminativa, amenazante, a la que podríamos llamar táctica efectiva, pero no deja de ser un verdadero y contundente chantaje político en toda regla:
"El gobierno dominicano sin hacer sacrificio de sangre, podía derrotar a su gobierno llamando a su territorio a los numerosos enemigos del gobierno haitiano para armarlos y abrirles paso libre por sus fronteras".(8)
(Desde este siglo XXI en el que vivo, no puedo mas que manifestar una sonrisa cómplice y socarrona ante el procedimiento que llevó a cabo Luperón para obtener un objetivo para su país)
Y sí, en menos de lo que canto un gallo, antes del plazo dado llegó el enviado de Salomon con la declaración de respeto al tratado.
El Presidente Ulises Heureaux también procedió de esta manera con el entonces presidente de Haití, Hyppolite, pero no por causa nacional o patriótica. Ocurrió cuando años más tarde (1893), Gregorio Luperón decidió rebelarse contra el gobierno dictatorial de su antiguo protegido. Narra en sus "Notas Autobiográficas..." que Lílís, al percatarse que el mandatario de Haití y sus Ministros "eran favorables a la Revolución dominicana por espíritu de patriotismo y de seguridad nacional".( III, 14), exigía que se expulsara a Luperón de territorio haitiano si procuraba entrar, y desarmara a los dominicanos en la frontera.
Y efectivamente, Gregorio Luperón se preparó para penetrar por Haití. Contaba con la ayuda que le daban los haitianos por el norte y noroeste, zonas donde era delegado del Gobierno el General Nord Alexis que, a su vez, ayudaba suministrando armas.
Pero el presidente haitiano se amedrentó cuando el dominicano amenazó que "llamaría al General Manigat y a sus amigos para armarlos contra su gobierno"(9). Por tanto Hippolite impidió el ingreso de Luperón y luego de la famosa reunión en la frontera de los dos presidentes, el haitiano redobló esas persecuciones a los exiliados dominicanos.
Lo único que pudo hacer GL fue dirigir una "Carta-Protesta" a Hippolite desde el puerto de Cabo Haitiano "a bordo de la barca italiana "Aurelia Re" en la que, entre otras cosas, aclara que la culpa es del gobierno, no de su población:
Y efectivamente, Gregorio Luperón se preparó para penetrar por Haití. Contaba con la ayuda que le daban los haitianos por el norte y noroeste, zonas donde era delegado del Gobierno el General Nord Alexis que, a su vez, ayudaba suministrando armas.
Pero el presidente haitiano se amedrentó cuando el dominicano amenazó que "llamaría al General Manigat y a sus amigos para armarlos contra su gobierno"(9). Por tanto Hippolite impidió el ingreso de Luperón y luego de la famosa reunión en la frontera de los dos presidentes, el haitiano redobló esas persecuciones a los exiliados dominicanos.
Lo único que pudo hacer GL fue dirigir una "Carta-Protesta" a Hippolite desde el puerto de Cabo Haitiano "a bordo de la barca italiana "Aurelia Re" en la que, entre otras cosas, aclara que la culpa es del gobierno, no de su población:
"yo no puedo, como no podrán los que me acompañan, acriminar por esto al pueblo haitiano que con su clarividente raciocinio y acendrado amor a su independencia nacional, conoció la justicia de nuestra causa y la apoyó con una simpatía marcada"(10)
El Presidente François Denys Légitime, sin prejuicios y dotado de cierto nivel cultural, supo acoger en Puerto Príncipe, Haití, a Gregorio Luperón como desterrado político en 1888. |
Ahora nos retrotraemos a plena Guerra de la Restauración de la República (1863-65) cuando se luchaba contra España. El llamado grito de Capotillo con el que empezó la contienda tuvo una coordinación de los combatientes pertrechados en Haití con los que estaban en Capotillo, José Cabrera, Pimentel con Benito Monción, etc.
El gobierno de Haití dirigido por Fabre Nicola Geffrard principio de la Anexión(1861) le prestó recursos a los rebeldes que se establecieron en Port-au-Prince (Puerto Príncipe), protestó por ella y lanzó una proclama al pueblo e informó a los expatriados dominicanos que prestaría ayuda contra Santana y la Corona Española. Mas ese apoyo fue cortado. En 1864 ya no se reconocía al gobierno provisional de los restauradores ni su legítima beligerancia contra España. ¿Que pasó entonces? Lo narra Luperón:
"El gobierno español mandó al General Ruvalcava con la escuadra española a Puerto Príncipe y éste le hizo pagar al Presidente Geffrard la suma de doscientos mil pesos, Geffrard se llenó de miedo y terror (...) y solicitó un acuerdo con el Gobierno español".(12)
A partir de ahí, el Presidente haitiano no hizo mas que contemporizar con la Corona Española, intentando ser intermediario entre la Reina Isabel II y los restauradores para el canje de prisioneros. Por esto no resulta extraña el encabezado de una carta del gobierno restaurador:
"EXPOSICIÓN DEL GOBIERNO PROVISORIO, DIRIGIDA POR CONDUCTO DEL PRESIDENTE GEFFRARD, A SU S.M. LA REINA ISABEL II..."
Y tanta era la tibieza entonces de los dirigentes haitiano hacia la monarquía española que GL opinaba del Comandante haitiano Noel Philantrope jefe del importante puesto de Juana Méndez (importante aún hoy)* que era "adicto a españoles", "perseguía a los dominicanos para congratular a los españoles".
Geffrard también exigía la entrega de refugiados haitianos como Silvan Salnave que luego fue presidente de Haití. El gobierno restaurador, por supuesto, rechazó tales requerimientos:
"El gobierno dominicano con justa razón se hizo oídos sordos a los reclamos de un gobierno que por cobardía no quiso reconocernos beligerancia"(13) (I, 270)
NISSAGE SAGET
Los enfrentamientos entre caudillos haitianos ocasionaban gran tráfico de exiliados políticos por la frontera de la isla Española dividida en dos repúblicas: Dominicana y de Haiti.
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Luego Sylvain Salnave fue presidente, y cuando a su vez experimentó el hostigamiento de Nissage Niget tuvo asimismo que refugiarse en Dominicana, pero el Gobierno de José María Cabral lo apresó, entregándolo al Gobierno de Haití por una recompensa de cinco mil pesos. Gregorio Luperón siempre defendió el derecho de asilo por lo que en una carta al historiador José Gabriel Garcia, que al parecer no tuvo muy a bien su posición, le expresa:
"Siento profundamente que mi protesta contra la entrega del malvado Salnave a su gobierno, por el general Cabral, le haya sorprendido. Todos los dominicanos que aman su patria y su honra, debían protestar contra un hecho que la encadena y mancha vergonzosamente a una infamia"(14)
Luperón certificaba que a causa de ese hecho los dominicanos eran muy mal mirados en Haití. Que allí solo se oía como voz general del país vecino: "El general Cabral pudo fusilar a Salnave y no venderle", y que por ese hecho
"Entre la República Dominicana y la República haytiana(sic) hay hoy una hendidura latente, que concluirá por ser un abismo que la separa de toda paz y de toda seguridad".(15)
Como ven, la frontera era un "tira y afloja" permanente, un gran cúmulo de actividad e interrelación entre naciones e individuos, que dependían de las coincidencias políticas o desapegos de sus gobernantes hacia el otro; una serie de apoyos y aprovechamientos mutuos; baste contar que Luperón se entera más tarde de Ulises Heureaux que cuando presentó por primera vez su candidatura la Presidencia de República Dominicana "El general Salomon, como Presidente de Haití, facilitó a éste la suma de cincuenta mil pesos oro americano para que hiciese triunfar su Candidatura".(16)
Además ofrezco otros incidentes que constatan la riqueza de la efervescencia que se movía en la frontera:
Además ofrezco otros incidentes que constatan la riqueza de la efervescencia que se movía en la frontera:
Cuando "el respetable General Longuefosse", al decir de Luperón, a la cabeza de un grupo de sublevados contra Geffrard, huyendo fue capturado, adviertan en que circunstancias:
"Venía en una embarcación que a su vez traía a las aguas dominicanas trescientas carabinas y varios pertrechos que el agente dominicano en Cabo Haitiano, Mr. Grimer, enviaba al gobierno dominicano".(17)
En octubre de 1864 Gaspar Polanco depone al Presidente Salcedo y lo deporta a... Haití ( Luperón encomendado a llevarlo prisionero protege su vida cuanto pudo por encima de la pésima opinión que tenía de él, hasta entregarlo en Santiago, donde no pudo impedir que se cumpliera el deseo de Polanco, es decir, su fusilamiento...)
Hasta el General español Campillo, célebre por sus crueldades en la guerra, asediado en Beler se le conmina a rendirse en breve tiempo y...¿qué hace..?
"antes de vencerse el plazo indicado, Campillo y su columna abandonaron el cuartel y se refugiaron precipitadamente en Haití".(18)
Luperón tuvo que trasladarse a Saint Thomas cuando preparaba ofensiva desde Haití.Y así se lo informa a Gabriel García:
"Acabo de llegar de Haity(sic). Me he retirado de la de la revolución. El gobierno haitiano suspendió los recursos a mi linea, y obligado estuve a suspender también mis operaciones".(19)
Mucha de las luchas contra los traidores locales dependían de las facilidades que podía suministrar algún gobierno o disidentes amigo en Haití. De ahí que en correspondencia de nuevo a José Gabriel Garcia le informa
"Si la toma de Puerto Príncipe sale verdad, tendremos armas, municiones, dinero, marina, etc. Es posible que se haya efectuado ya, pues tengo carta de Pina, que me escribe desde Jacmel, y me asegura que Salnave se ha embarcado ya".(20)
Jacmel, efectivamente, es una Comuna de la República de Haití, punto frecuentado por los insurrectos dominicanos.
"El general Cabral, que se hallaba en Jacmel, ha llegado aquí y seguidamente vuelve para Haití. El general Marcos E. Adón lo tenemos aquí y parte igualmente para territorio haitiano".(21)E incursión desde Haití también la hizo Francisco del Rosario Sánchez apenas se consumó la Anexión a España, siendo uno de los primeros que la enfrentó en la práctica. Este hombre había tenido una vida muy activa, estuvo en el 27 de febrero de 1844, logrando y sosteniendo la Independencia ante la ausencia de Duarte, sin embargo colaboró con los presidentes autoritarios Santana y Báez. Se reivindicó al oponerse a la Anexión a España sacrificando su vida, porque lo que importa no es como hayas empezado la trayectoria política, sino como la has terminado.**
Así...de esta suerte transcurrió el siglo XIX y las relaciones protagonizadas por Luperón en cuanto a las relaciones con Haití. Entre el apoyo mutuo en las luchas políticas, entre ataques, recelos y recriminaciones...
"Los haitianos no respetan ninguna convención ni ningún tratado, y para con los dominicanos ellos no tienen más política que el engaño y la usurpación. La ocupación de nuestro territorio, tolerada o disimulada por el gobierno dominicano, constituye derecho legítimo (para los haitianos, quiere decir. Aclaración del blog)) y es el "uti possidetia"(22)
Esto lo afirmaba porque ciertamente los gobiernos de Cabral y Heureaux-Lilís-, dejaron que Haití ocupara zonas del territorio dominicano en Bánica, Rancho Mateo, Cachimán, Puerto, etc
Y si no era por parcelas de territorios, GL recriminaba acerca de los titubeos, como hemos visto, de los gobernantes haitianos ante España y Estados Unidos (como ya hemos visto) insistiendo en su Antillanismo:
"La política haitiana para con los dominicanos es siempre la misma. No quisieron ver la anexión americana, pero admiten el enajenamiento de Samaná. Tienen mucha simpatía para los dominicanos, pero les tienen miedo a los yankees.(23)
Por esto, Gregorio Luperón concluye que a Haití le hace falta "un hombre de Estado que se pusiese a la altura de la situación, no tan solamente de la amenaza que pesa sobre esta isla con la más grave presunción yankee...
...Pero sí, que comprendiera la misión que tienen estas dos repúblicas para con las dos islas vecinas de Cuba y Puerto Rico" pero "el político haitiano, no ve más allá de Salnave, hay muchos que hablan como cotorras, pero sin consciencia ni voluntad de hacer nada".(24)
Cuando más arriba en un contexto diferente he citado de Gregorio Luperón que "entre República Dominicana y la República haytiana (sic) hay una hendidura latente queconcluirá por ser un abismo que la separa de toda paz", ahora, sin ninguna extrapolación, simplemente la usare a seguidas para identificar situaciones dadas en el siglo XX y XXI a las que esta frase sirve para etiquetar.
Rafael LeonidasTrujilllo |
La separaciones entre las dos pueblos las hacen los gobernantes. El caso extremo lo desempeñó el dictador Trujillo que para ello implementó mecanismos en todas los aparatos ideológicos del Estado dominicano y se rodeó de una intelectualidad que teorizó sus discursos racistas.
Pero insólitamente, con casi igual dimensión trujillista, los gobiernos del PLD hasta 2012 dieron espacio a la ultra-derecha dominicana, espacio que ésta utilizó eficientemente logrando llevar a unos límites explosivo la relación entre los dos pueblos en base a noticias falsas en la Red reproducidas por dominicanos de todas las clases sociales como tontos útiles, declaraciones de líderes políticos, de las más altas instancias de la Iglesia Católica y de determinadas confesiones evangélicas extremistas. Hasta llegó a proponerse el levantamiento de un muro a lo largo de toda la frontera. Sólo faltó la matanza de Trujillo, pero los ánimos estaban tan caldeados que parecía que no tardaría en suceder.
Comparando el intento de este engendro dominicano, sólo Alemania hitleriana llegó a tanto, y Dominicana, país pequeño, de 80% descendencia africana, entre mestizos y afro-dominicanos, fue capaz de crear mezquindad jurídica de tales proporciones.
"En lugar de preocupaciones mentecatas y miserables en un país mestizo de diversas razas, la conglomeración social".(25)
(En la próxima y última entrega Asuntos
culturales y Unas Conclusiones).
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*En francés, Ouanaminthe, es una ciudad que dista apenas de medio kilómetro de la ciudad dominicana de Dajabón; sigue siendo hoy un importante y dinámico enclave de negocios e intercambio cultural entre las dos naciones. Se podría decir que es casi una ciudad común.
**En la actualidad existen muchos políticos de izquierda a los que sus acólitos los tienen como unos "próceres" por la entrega que tuvieron en las luchas del pueblo dominicano durante y después de la dictadura de Trujillo y la época de Balaguer. Sin embargo están ahí, hoy enclavados en sus tronos como viejos dioses a adorar, pero han hipotecado su trayectoria por el acomodamiento que les han brindado los gobiernos del Estado dominicano y éstos, a su vez, le han pagado con apoyo electoral arrastrando a su militancia y seguidores (caso PTD); y sí, importa como empiezas, pero más como terminas, y esos líderes de izquierda no han terminado con dignidad. Sánchez sí se reivindico.
(1) "Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos..."Por Gregorio Luperón. Editorial El Diario, Santiago, República Dominicana, 1939. Tomo I, pag. 95.
(2) "Notas..." Tomo III, pag. 385. Realmente no fue por "torpeza", como dijo Luperón, sino porque estos personajes eran beneficiarios de la esclavitud, ya que eran poseedores de esclavos.
(3) "Notas..." Tomo I, pag. 234.
(4) y (5) "Notas..." Tomo III, pag.51.
(6) Idem. Pag. 316-
(7) y (8) Idem. Pags.48-49.
(9) Idem. Pag. 14.
(10) Idem. pag 322.
(11) Idem. Pag. 277.
(12) "Notas..." Tomo I, pag. 53.
(13) Idem. pag. 270.
(14) y (15) Escritos de Luperón en Revista Clío 36-37. Academia Dominicana de la Historia(ADH). Compilados por Emilio Rodriguez Demorizi. Todas las citas de Clío en adelante serán de estos números integrado.
(16) "Notas.." III. Pag. 387.
(17) Idem. I, pag. 270.
(18) Idem. pag. 28.
(19),(20) y(21) Clío.
(22) "Notas..." Tomo III, pags. 387/388.
(23),(24) y (25) Clío.