jueves, 17 de octubre de 2024

HACIA LA CONFEDERACIÓN DOMÍNICO-HAITIANA (y 2) (Según el libro La Isla Al Revés de Joaquín Balaguer)

 

(Segunda Parte)


Que Joaquín Balaguer enuncie "la confederación de ambos pueblos(Haití-República Dominicana) en el libro La Isla Al Revés(1) es sorprendente viniendo de donde viene el enunciado, pero es harto sorprendente también que este hombre, ideólogo del anti-haitianismo, de la eugenesia para "limpiar" la herencia africana, el santo del altar de la derecha,  ultraderecha y últimamente de algunos izquierdistas, toque temas mitológicos y tabús para una mayoría de dominicanos y rompa con creencias falsas. Me refiero a la supuesta invasión de Haití a República Dominicana en 1822, a su hipotética consecuencia terrorífica y a la opinión sobre los próceres haitianos de la libertad e independencia.


Toussaint Louverture, revolucionario que proclamó la 

abolición de la esclavitud en la isla Española.


Por no darle ni agua al haitiano, la opinión popular dominicana situa la unificación de la isla como la condición más oscura, cruel y opresiva para los habitantes de la parte este(hoy República Dominicana) y acerca de los padres de la Patria de Haití no tiene conmiseración: Bolivar, Duarte, Whashington, Jefferson, Sucre, Martí, José de San Martín, Hidalgo, Betances...fueron padres de la patria y libertadores; los próceres haitianos unos sanguinarios y asesinos. (En República Dominicana hace unos años(2014), un grupo ultraderechista protestó porque estudiantes emigrantes haitianos quisieron hacer un acto en homenaje a Dessalines en la Universidad Autónoma de Santo Domingo-UASD- actuando con violencia y desalojándolos del recinto universitario).


 Como vemos, todo lo negativo de Haití que expone Balaguer en La isla Al Revés es replicado por una amplia franja de dominicanos, pero ni una pizca  de lo que beneficie la reputación de los haitianos o mínimamente rompa cierto prejuicios.

¿Y esto último Balaguer lo hace? Pues tengo que admitir que sí, pero como es normal en el personaje, procede con cierta prudencia.

 

Dice Balaguer que la unificación de la isla "no fue brutalmente impuesta", "existió, pues, por parte de los habitantes de Santo Domingo, el apoyo a que hacen alusión los historiadores haitianos"(LIAR, 23). Explica que gracias a la astucia de Jean Pierre Boyer, éste "logró hacer realidad el sueño de Toussaint Louverture sobre la indivisilidad de la isla" y que "cumplió esa hazaña sin efusión de sangre"(LIAR, 171).


Isla de Santo Domingo o Española.


En La Isla al Revés su autor reprocha que quien promovió y aceleró esa unificación fue el apoyo de una élite económica y la astucia de Jean Pierre Boyer, "el más hábil político haitiano de todas las épocas"(LIAR,17), pues éste organizó propaganda por la unificación, desplegando una especie de marketing  (diríamos hoy) con numerosos emisarios que visitaron las principales provincias y ciudades que existían en la época, para lograr convencer a sus moradores de las ventajas que traería la Unificación para ambos pueblos. No se puede censurar que fuera la élite económica (hateros, tabaqueros, exportadores), porque en esa época, por el nivel de las clases sociales y la riqueza, era la que dictaminaba todo, pues  la política y la historia es la lucha de los individuos por sus intereses.



Y como última muestra testimonial de que no hubo la tal invasión, tenemos el extraordinario Manifiesto del 16 de enero de 1844 que remata y esclarece la cuestión. Es  la voz de Sánchez, Bobadilla, Mella, los hermanos Puello, Pedro Santana, Manuel de Regla Mota, Felipe Alfau... personalidades que promovieron la separación, y que admiten la voluntad de la unificación con Haití y su posterior decepción que justificaba declarar un Estado independiente: 

"la parte oriental de la isla  no se negó a recibir al  ejército de Boyer que como amigo traspasó el límite de una a otra parte...", "Ningún ciudadano le recibió entonces(a Boyer, aclaración del Blog) sin dar muestras del deseo de simpatizar con sus nuevos conciudadanos" y aclarar  luego con decepción que "Trató a sus habitantes con más rigor que a un pueblo conquistado por la fuerza" (2)   


Acerca de los efectos malignos de la "invasión" y opresión haitiana, el escritor y expresidente de República Dominicana revela que Boyer "En Santo Domingo puso especial empeño en promover el desarrollo agrícola con la adopción de medidas que tendían a dividir las mejores tierras(...) entre agricultores seleccionados por su aptitud y su capacidad de trabajo para tareas productivas"(LIAR, 14), que se preocupó por el mejoramiento económico de la parte este con medidas como prohibición de juegos de azar, lotería, gallos, y agrego yo, la igualdad entre  hijos legítimos y naturales, enseñanza primaria obligatoria, representantes de la parte este en el parlamento, abolición de la esclavitud, introdución de códigos jurídicos franceses, confiscación de los bienes de la iglesia*, entre otras.

Jean Pierre Boyer, Organizador
del Estado de la República de
Haití.

Juan Bosch en su ensayo socio-histórico Composición Social Dominicana igualmente expresa que "el país tuvo algunos años de cierta animación económica" y que "todo eso hace suponer que hubo cierto grado de prosperidad y que esa prosperidad formó el ambiente favorable al nacimiento de una pequeña burguesía lo suficientemente numerosa para sentirse capaz de tomar la dirección política del país".(3) 



Y, en fin, referente a los  próceres haitianos, para Joaquín Balaguer, Boyer fue "un hombre de Estado de aptitudes excepcionales", y así titula el segundo capítulo de su libro, explicando que fue "el primero en organizar administrativamente a Haití y en establecer las bases, tras la dura experiencia colonial, para que funcionara como nación independiente"(LIAR, 17); Toussaint Louverture fue "gran maestro de la acción que liberó de la esclavitud, en un gesto de audacia difícil de concebir en esa época, a sus hermanos de raza"(LIAR,226); pero también hace referencia a Dessalines(Jean Jacques)  y a Pètion(Alexandre) que son, si no loados, al menos colocados en su justo papel histórico. Petión, el primer presidente de la nueva república, a ojos de Balaguer es "una de las más nobles figuras de la historia haitiana"(Liar,34) y a Dessalines, quien proclamó la independencia, le justifica los excesos que la historia ha registrado por algo tan elemental como que un esclavo maltratado, con libertad y poder, es lógico que en su época tome represalia hacia sus verdugos. Razona el autor que el libertador Dessalines "siente en su pecho, con sobrada razón, una llama de odio mantenida por el recuerdo de la crueldad con que se utilizaron el látigo del blanco y el suplicio de la rueda contra sus antepasados"(La Rollo, 34 subrayado del blog)

Joaquín Balaguer y Juan Bosch , los dos caudillos que dominaron la escena política dominicana en el siglo xx, ambos de ascendencia española catalana, sin embargo  con dos posturas  opuestas en relación a la problemática de la inmigración haitiana en República Dominicana.


El tema de una Confederación no es nuevo en el archipiélago de Las Antillas . Eugenio María de Hostos, Betances y Gregorio Luperón ya planteaban en la segunda mitad del siglo xix la Confederación Antillana que por supuesto debería incluir a Haití, aunque se produjo una controversia: si la confederación sería, o no, sólo de los paises antillanos de habla española, con lo cual podría estar Haití dependiendo del desenlace de la controversia. De todas maneras el proyecto no se concretó nunca.

Gregorio Luperón, prócer de la Restauración de la república en 1863, también promovió la Confederación Antillana.


Después a principio del siglo xx fue el intelectual burgués nacionalista Américo Lugo, periodista y jurista, quien volvió a plantear la cuestión de la Confederación, inicialmente en  1901 en varios artículos, en libros y periódicos(4) basándose en que "Haití y Santo Domingo son dos grandes provincias hermanas, estrechamente unidas, aunque tratasen de devorarse mutuamente"(ALOE,201).

En el artículo "Sobre el Conflicto Dominico-haitiano" observa algo que se dilucidaba en su época y en la actualidad: la denominada "invasión pacífica".  Hoy se difunde que ese éxodo es un plan político con un propósito calculado  y conspirativo del Estado haitiano, los emigrantes y ciertos naciones desarrolladas. Pero lo cierto es que las precariedades y la centralización en la busqueda de la subsistencia, no deja cavida para que los haitianos piensen la política como ideario para adueñarse de la parte este de la isla de Santo Domingo, tal y como difunden los nuevos "patriotas". 


Y Américo Lugo que sí  era un nacionalista y patriota, y no de pacotilla, sostenía que "es obra exclusiva de la actividad individual de los haitianos", "un fenómeno natural de la situación respectiva y de las cincunstancias especiales de ambos pueblos".(ALOE,202) Y desde su época parece oponer a esa agresividad anti-haitiana que se capta en internet con esta declaración: "parece nuestra conducta hija de una pasión irreflexiva y torpe por el mero nombre de una integridad territorial que nos seduce como idea pero que nos importa poco en efecto".(ALOE, 202)


Hay que apuntar que cuando Lugo esboza la idea de confederación lo hace por la seriedad y solidez de sus ideas nacionalista que le llevan a estar en contra del colonialismo y la intervención de otros estados en la República Dominicana o Haití. Ya estaba viviendo la expansión de Estados Unidos en todo el mundo, y en República Dominicana desde que el presidente Ulises Heureaux paró el flujo de inversión de capitales europeos para dejar la puerta abierta al norteamericano. Por tanto Lugo concebía una Confederación como manera de conservar la independencia de las dos naciones.

Américo Lugo escribe el artículo "Protesta" porque Estados Unidos ha manifestado no reconocer las llamadas revoluciones** que eran el pan de cada día en Dominicana y América Latina. Pero este proceder norteamericano no era sino la continuación de la Doctrina Monroe("América para los americanos") que en 1905 el presidente Theodore Roosevelt reafirmó con la política del "Gran Garrote" en la que el imperialismo en cierne intervenía si algún país europeo amenazaba los intereses yanquis o había revoluciones y desordenes internos en los paises latinoamericanos que, asimismo, desafiacen su capital monetario. 


Américo Lugo decia admirar y respetar a los yanquis, aclarando que no era anti-norteamericano, empero  "Levanto la voz en medio  del silencio, para protestar(...) contra la actitud que han asumidos los EE.UU. de América respeto a mi patria y respeto, según ellos dicen, de toda América".(ALOE, 347)


 De ahí que proponga un tratado preliminar entre Haití y Dominicana que luego culminaría con una asociación comercial, la unificación de la legislación marítima y una fuerza naval confederada "porque la paz y la prosperidad de ambos Estados, seáme permitido insistir en ello, tienen que ser la resultante de una confederación".(ALOE, 203)


Pero...y Balaguer... ¿porque osa plantear una confederación? 

A Joaquín Balaguer con el sustrato de su antihaitianismo es difícil creerle su proclama de una confederación entre Haití y Dominicana. Es una figura que da una de cal y una de arena, que divulga "No os dejeis influir por la inmigración de la parte occidental de la isla" debería ser la consigna dada por todos los gobiernos del país al pueblo dominicano".(LIAR,99) y también denuncia "la inicua situación a la que hoy viven sometidos los braceros haitianos, víctimas de un comercio ilícito en que participan, con igual grado de corruptela, los gobiernos de las dos partes de la isla...".(LIAR 231), pero soslaya que él, como expresidente, fue parte de esto; que difunde su teoría del "imperialismo haitiano" como mayor amenaza "hoy más que antes"  y por contra escriba que Toussaint Louverture al invadir la parte española en 1801 obedeció  "antes que a un sentimiento de expansión territorial y de conquista, al deseo de que desapareciera en toda la isla la esclavitud". (LIAR, 227) ¿En qué quedamos, pues?



Asimismo Joaquín Balaguer por un lado acepta que "sería infantil negar que una parte de la población de nuestro país es negra y que por sus venas circula, como circula por la de la mayoría de Haití, la misma sangre africana"(LIAR, 189) y por otro ocupa en su libro 6 página con 10 fotografías de familias con rasgos físicos blancos "puros" ajustados a su arquetipo; familias enclavadas en la Cordillera Central, Santiago, La Vega, Jarabacoa, Constanza, Sabana Iglesia...(Ver video)

Ya en páginas anteriores había colocado a Baní como paradigma de lo que debió ser la sociedad dominicana si se hubiese seguido cierta política en relación a la raza blanca para mantener la pureza.  Balaguer está convencido que Baní es la panacea racial para Dominicana, pero no sabemos de que realidad banileja  saca esas conclusiones, porque hoy, incluso en la década de 1980 cuando escribió su libro, la composición racial no respalda la visión poética y nostálgica que mueve al escritor a estar tan seguro de que Baní, a nivel racial, "debería ser el ideal de todos los hombres que aspiran a colocar en el porvenir(...) la edad de oro de la República"(LIAR, 62). Pero esta idea se sustenta en las primeras familias acentadas  el valle de Peravia, Baní, familias aristocráticas de Canaria, que al entender del autor comentado, tienen menos mezcla, seguían la tradición castellana, las virtudes de la raza, la hermosura de sus mujeres y la inteligencia e hidalguía de los hombres. En fin, se basa en su hispano-centrismo, en una élite racial y no en toda la comunidad banileja, y es puro romanticismo y torrente melancólico de lo que pudo haber sido, el paraíso racial perdido de Balaguer.

 

José Francisco Peña Gómez, dirigente de masas de origen haitianoque dirigió a una parte del pueblo dominicano desde su partido PRD
José Francisco Peña Gómez, dominicano de origen haitiano fue influyente líder y excelente orador de las masas del pueblo dominicano, al que los sectores derechistas y racistas 
hicieron hasta lo imposible para que no fuera presidente de la  República Dominicana.


Como hemos visto en esta parte y en la primera de este escrito, hay un impedimento en la figura de Balaguer para creer su apuesta por la Confederación, y ese inconveniente es toda su teorización acerca de la raza, en la cual recalca que es imposible la unión y no debe cederse en este aspecto.  Pero Balaguer es una figura que cree en la predestinación de los líderes, cree en el gran papel a desempeñar en una nación siguiendo las teorias de Thomas Carlyle acerca de los héroes;  y teme a la posteridad. Por tanto hace una apuesta por mostrarse unas sí otras no, como el gran hombre imparcial y ecuánime, el historiador equilibrado, el predestinado de virtudes excelsas que tiene el imperativo de plantear al menos una propuesta de solución, lo cual es meritorio porque en nuestra época, efectivamente, ningún ultraderechista y nuevo patriota ha lanzado nada parecido, circunscribiéndose sólo a discriminación, odio y racismo.

Joaquin Balaguer después de escribir el libro que comentamos (1981) fue de nuevo presidente de la República Dominicana(1986) y evidentemente nunca planteó esas ideas en el Estado para que se concretaran. Tampoco en su periodo gubernamental 1966-78 en lo que suponemos tenía en ciernes las idea de la confederación que expone en su texto.


Como caudillo que se cree predestinado y visionario, al final lo deja todo a la posteridad, porque aún vertiendo todas las ideas racistas que hemos visto, la inteligencia de este hombre le hace estar consciente  que tarde o temprano las dos naciones tienen que entrar en una especie de tratado, llámese confederación , asociación u organización. Y ese acercamiento daría "fin a los prejuicios que prevalecen en uno y otro país", "el olvido de sus agravios históricos" y dejar las falsas creencias de que "no puede haber identificación de principio y de ideales entre paises de distinto origen" (LIAR, 224)


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Juliana Deguis, de progenitores haitianos, al momento de recibir su documento de identidad  dominicano, luego de una larga travesía a la que  le expusieron las autoridades, haciendo sufrir muchísimo a esta muchaca trabajadora al negarles sus derechos de ciudadanía; entonces surge  la Sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional Dominicano( CON SU PRESIDENTE, Milton Ray Guevara, DESCENDIENTE DE LA EMIGRACIÓN ANGLOAFRICANA, LOS LLAMADOS "COCOLOS") que desnacionalizaba a generaciones de emigrantes desde 1930, una sentencia ciertamente nazista por el alcance que tuvo en perseguir dominicanos de origen haitiano y despojarles de la nacionalidad a cerca de 5 generaciones.  ¡¡HASTA DONDE PUEDE LLEGAR UN PAIS AFRODESCENDIENTE !!
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Hoy los postulados de Balaguer pasarían por radicales y extremistas para los dominicanos, dada la situación de intransigencia que se vive en República Dominicana con la inmigración haitiana. Por lo que habría que preguntarse  como encajaría todo lo que plantea: una constitución común, una doble nacionalidad para ambos paises, periodos presidenciales de 4 ó 6 años que operarían en Haiti y República Dominicana.  Por ejemplo una doble nacionalidad ¿implicaría facilitar a los haitianos  la circulación con menos restricciones o al contrario las intensificaría pero ahora  de común acuerdo entre los dos gobiernos? Este es el quid de un asunto muy enmarañado  del que hoy por hoy  nadie cedería, además no hay un interlocutor válido por el caos actual de la República de Haití.


Balaguer sabe la imposibilidad de esa idea cuando en 1981 publica su libro, más inviable en esta segunda década del año 2000; pero, repito, lo deja todo a la posteridad, a que surjan personalidades como Américo Lugo***(¡vaya si lo pone difícil!), a que en un futuro sus ideas se escudriñen, que  redescubran su texto cuando se vaya en busca de soluciones; elemento que sería posible, digo yo, cuando la derecha dominicana, los burgueses y/o empresarios, sean modernos, moderados, realistas y ecuánimes; en fin, conscientes de que es un impasse al que hay que enfrentar en un tiempo futuro, ofreciendo soluciones que también tendrá que ofrecer la izquierda dominicana, pues la confederación  planteada por Balaguer(inspirada en Américo Lugo) no sería contradictorio con las ideas de esta última, y a esto tengo que admitirle a Balaguer un sí por segunda vez, aunque duela decirlo... 

... Y así, el predestinado y temeroso del juicio de la Historia se verá en ese futuro lejano como el teórico y solucionador  en diferido de tan monumental materia. 



Concluyo con el mismo leitmotiv con el que terminé  la Primera parte:

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El teórico del anti-haitianismo ya mencionado al principio, Manuel Arturo Peña Batlle  después de la matanza de 1937 justificaba  la actuación del gobierno de Trujillo de esta manera: "Si no actuamos con mano dura y ánimo fuerte, llegará el momento en que el mal será irremediable entre nosotros"(5) para concluir: "Estamos consolidando las esencias de nuestro futuro destino nacional"(6)

 

A 82 años de esas expresiones, su trasfondo ideológico es repetido de forma masiva por todos los estamentos sociales dominicanos..."nuestras raíces suplantadas por una mayoría de población que se introduce poco a poco"... "en 50 años los dominicanos estaremos hablando creol"..."nos estamos haitianizando"..."los alumnos haitianos desplazan a los dominicanos"...

 

¿Y entonces..? ¿Y después..? ¿Qué  queremos..? ¿Que la historia se repita..?

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Notas

* Muchos rebatiran y/o preguntarán el porqué fue una medida positiva expropiar los bienes de la iglesia católica, pero lo harían sin reflexionar la realidad específica de la época. La educación, como se sabe, era regida por la iglesia con su método medieval- escolástico, y por supuesto ésta era aliada, servidora del poder y viceversa. Entonces es lógico que una revolución antiesclavista apuntara a esta institución. De ahí se habla del cierre de la Universidad como una tragedia, como si no se hubiesen implementado luego, en su lugar, otras instituciones educativas en la que estudiaron los próceres de la separación e independencia de 1844, como Francisco del Rosario Sánchez que se hizo abogado.

** Puede resultar curioso y contraproducente pues parece que Américo Lugo defienda las llamadas revoluciones( que eran las montoneras), en realidad  revueltas de un caudillo contra otro en pro de sus intereses personales. Sin embargo Lugo ve en la actitud de Estados Unidos una intención de cercenar, en los verdaderos patriotas, el derecho a protestar y rebelarse para cambiar gobiernos tiránicos.

*** Por eso expresa "¿Será posible este sueño? Las que pasan como quimeras para los hombres empequeñecidos de ciertas épocas podrán perder su caracter utópico si algún día vuelven a nacer en nuestra isla personajes como Eugenio Roy y como Américo Lugo" (ALOE, 231). Louis Eugène Roy, fue un banquero que fungió como presidente provisional de Haití, y se ocupó de organizar la elección de su nueva Asamblea Nacional hasta que ésta eligió a Sténio Vincent presidente del país.

1) Editora Corripio, Santo Domingo, R.D. Cuarta Edición,1987. Las citas del libro seguirán con la sigla LIAR, seguido del número de página

2) Documentos para la Historia de la República Dominicana. Compilación y notas Emilio Rodríguez Demorizi.  Archivo General de la Nación, Volumen I, 1944. Página 8.

3) Editora Alfa y Omega, Santo Domingo, RD, 1981, pag. 150.

4) Américo Lugo. Obras Escogidas. Editora Corripio, Santo Domingo República Dominicana, 1993. En adelante las referencias a esta obra se hará con la sigla ALOE, seguida del número de página.

5) "Discurso de Elías Piña", Manuel Arturo Peña Batlle, 16 de noviembre de 1942. Reproducido por el Periódico El Sol, Santiago, Rep. Dom., 7 de mayo de 1981.

6) "Carta a Jorge Mañach, idem, 1945, reproducido por el periódico El Sol, Santiago, R.D. 8 de mayo de 1981.


martes, 15 de octubre de 2024

HACIA LA CONFEDERACIÓN DOMÍNICO-HAITIANA (1)




(Primera parte)


Joaquín Balaguer Ricardo, escritor y estadista dominicano

El título de este escrito confirmará a muchos de quienes me lean que es verdad que siempre se ha querido fusionar las dos naciones de la isla de Santo Domingo o Española, por lo que existe una conspiración internacional para ello. Confirmará quien es  antipatriota y traidor; quien es "sargento político del haitianismo"; confirmará que hay  un plan diáfano de invasión pacífica por la frontera para desvertebrar la cultura dominicana de "herencia hispánica", y que a la postre terminaremos hablando creol y perdiendo la patria y la dominicanidad.




Confieso que el encabezado es una provocación con algo de guasa dirigido a quienes creen y difunden todo eso: a otroras izquierdista-revolucionarios, los más radicales de su época, que ahora no son solidarios; a supuestos apolíticos que compran esos discursos que no son nada apolíticos y a gente con buenas intenciones confundidas pese a sus capacidades intelectuales y académicas; todos hacen de tontos útiles de la propaganda ultraderechista.   Y, ¡rianse!, el título de mi artículo no es mas que la reproducción del encabezado del último capítulo del libro La Isla al Revés del expresidente y escritor dominicano Joaquín Balaguer.(1) Para ser más preciso, el rótulo de Balaguer versa así: HACIA LA CONFEDERACION DE AMBOS PUEBLOS. *(LIAR,223)
  
Joaquín Balaguer  con el dictador Rafael L. Trujillo del que fue ministro en varias ocasiones, "un cortesano de la era de Trujillo" como el mismo se autodenominó en sus memorias.


¿De qué va la obra? El subtítulo lo clarifica sobradamente: Haití y el Destino Dominicano. 


La Isla al Revés pretende demostrar que los haitianos sólo pueden aportar cosas negativas a los dominicanos, de hecho ya lo han hecho en el pasado. Balaguer parte de una premisa fundamental: la raza, y como todo dominicano de la actualidad, niega el racismo anti-haitiano, pero todo lo que esgrime como argumento nunca puede separarlo del factor racial, aunque hace esfuerzos por convencer que no, aspectos que más adelante iremos descubriendo y desenmascarando. Para él, ser español y dominicano es una simbiosis, pero esa asociación hoy va en franca "disminución de sus caracteres  somáticos primitivos" lo cual "es sólo el signo más visible de la desnacionalización del país que va perdiendo poco a poco su fisonomía española"(LIAR,45) 

Entonces, el lector se preguntará cómo es posible que tras esos postulados Balaguer proponga tal desafuero, tal tropelía, y nunca haya sido tildado de traidor; él, uno de los teóricos de Trujillo que elaboró toda es ideología racista de la Era. ¡Una confederacion domínico-haitiana, una constitución común! Confieso que tal giro deja estupefacto a cualquiera, pero Joaquín Balaguer Ricardo no fue un idiota e ignorante, por lo que su propuesta da pie a pensar que trae un as bajo la manga, que aquí hay truco y unas razones que debemos desentrañar.


El libro de Balaguer, pese a su primera fecha de publicación(1983), hoy cobra gran importancia su relectura por la agresividad con la que los dominicanos tratamos  la problemática haitiana. Es importante y relevante porque ha sido uno de los últimos  que ha escrito en el siglo xx la intelectualidad pro-hispanista.(2)   No fue hasta la época del dictador Trujillo cuando la concepción anti-haitiana se sistematizó de una manera asombrosa. Una serie de intelectuales cumplieron esa misión desde diferentes áreas. Manuel Arturo Peña Batlle creando discursos históricos como Orígenes del Estado Haitiano; Francisco Ortea haciéndolo como estudioso de la lengua en El Lenguaje Castellano Sustituido por el Patois y claro, Joaquín Balaguer con diferentes obras.


Luego, los diferentes contenidos intelectualizados de esos estudiosos fueron llevados a la prensa, a los políticos, periodistas, profesores y religiosos que se encargaron de acomodarlo para que las masas lo asimilasen y lo hicieran como propios. Y fue logrado ese objetivo.


A finales de siglo xx se plagia esa propaganda trujillista con  La isla al Revés y con el mismo modus operandi de la tiranía perpetuándose hasta lo que va de siglo xxi. Es el mismo y viejo  discurso que se activó a partir de 1930.  Una gran mayoría del pueblo dominicano y diferentes estratos sociales, sin jamás haber leído su texto, repiten sus contenidos, calcados a pie juntillas, de boca en boca, hoy con las facilidades, rapidez, profusión y grandilocuencia que ofrece internet en el que cada uno se erige gran patriota chauvinista, propagandista entusiasta, pseudo-periodista y medio de información o desinformación.

 El Dr.. Manuel Núñez Asencio, posterior a Balaguer 
escribió El Ocaso de la Nación Dominicana con la misma
premisa antihaitiana del libro de Balaguer pero mas extenso.


Antes de pasar al asunto de la Confederación entre República Dominicana y la República de Haití, veremos uno a uno todos los puntos que Joaquín Balaguer expone como argumentos y que son los mismos que se hinchan en la red y en conversaciones directas de intelectuales,  estudiantes, profesionales y obreros, ultraderechistas e izquierdistas, gente instruida y el pueblo llano.


El autor de La isla Al Revés  para exponer sus criterios raciales sin duda ha leído y se ha valido(porque los menciona) del antropólogo Suizo Eugene Pittard que escribió Las Razas y la Historia y del tenebroso francés Joseph  Arthur Gobineau;  el primero sí tenia estudios científicos, pero el segundo simplemente era un aristócrata y diplomático que escribió Ensayo Sobre la Desigualdad de las Razas Humanas que sirvió posteriormente de inspiración  a los nazis.


El libro de Pittard es interesante pero dejó unos flecos, tales como lo positivo o no de unir  personas de razas distintas que fueron utilizados por los racistas; por eso no es raro que Balaguer lo aprovechara también en su ensayo. El de Gobineau, tal y como expresa su título(y contenido) es directamente tendencioso porque expresa tajante que los comportamientos de los seres humanos están determinados inexorablemente por su raza, que son hereditarios por la sangre y que no pueden modificar por voluntad del individuo. De ahí se inspira Balaguer para despreciar lo que es el haitiano, la imposibilidad de unirse racialmente  porque son así y siempre lo serán por raza. Y los dominicanos, "el pueblo más español de América", para "defenderse  de la labor desnaturalizante realizada  contra él por el imperialismo haitiano" se ha aferrrado a su "abolengo español".(Liar 63, subrayado del blog porque Balaguer seguirá usando este término, claramente desfasado históricamente, a lo largo de su libro). ¿Se quiere discurso más arcaico y racista? 


Ahora, en el libro hay todo un recuento histórico acerca de los esfuerzo que hicieron diversos presidente del país para traer otras razas, caucásica por ejemplo, o núcleos de españoles de diferente regiones de la Península, para salvarnos de la "raza haitiana". 


Siempre inspirado por  el ensayista suizo, el francés y otros, Joaquín Balaguer como una gran mayoría en República Dominicana, va negando el racismo, pero graciosamente va postulando que los haitianos afectan la salud. Los afrohaitianos que emigran a Dominicana son seres tarados por lacras físicas, no conocen la higiene, por tanto hacen bajar el índice sanitarios de la República; los haitianos que emigran a la parte este de la isla de Santo Domingo hacen que la moral descienda, que se relajen costumbres: enseñaron el robo a los dominicanos, la pereza, que se traduce como vagancia, la promiscuidad sexual, el concubinato, el amor incestuoso. Luego también el dominicano se ha aficionado a la magia y a la superstición asunto que se explica por que en "la mayoría de dominicanos existe un fondo supersticioso que no puede explicarse sino como la presencia en nuestra sangre de rasgos característicos del primitivismo de la raza africana"(liar 209, subrayado del blog). Después de esa frase ¿se puede seguir negando que  eso es  racismo puro y duro?


La mayoría del pueblo de Haití y República Dominicana es cristiano-católico, pero ambos tiene gran mestizaje religioso. El vudú es una religión también, solo que no tiene origen judeo-cristiano y occidental, sino africano, de ahí el rechazo que suscita, y como todas las religiones se basa en mitos y supersticiones y éstos se creen o no se creen ciegamente, sin embargo, el mestizaje, el mito y las supersticiones malos son los del haitiano ¿No se desgalillan también en Internet los cristianos evangélicos integristas, maldiciendo a los haitianos, "un pueblo que adora a  Satanás" al que querrían ver desaparecer? 

 

El contacto con el haitiano además  ha influido a través de los tiempos en la constitución física del pueblo dominicano, y ese es uno de los peligros de la actualidad porque reduce la Eugenesia, es decir, el mejoramiento biológico del ser dominicano en desventaja porque, según Balaguer, el negro haitiano es más prolífero y fecundo, mas resistente a enfermedades, y lanza como si tal cosa, esta floritura: "La raza negra se reproduce en progresión geométrica muy semejante a la de las especies vegetales más prolíficas"(LIAR,147); no compara siquiera con otro ser humano si no con plantas, lo  mismo podría haberlo hecho con animales. ¿No suena esto a los lamentos en internet que he leído de que se reproducen como conejos?


En consecuencia, sigue argumentando Balaguer, ese exceso de población de Haití es la amenaza creciente para  Dominicana. Todo esto al final da el fruto de la decadencia en la constitución física, léase racial, la disminución del sentido patriótico y solidaridad nacional, por lo que también retarda la evolución social, y puede influenciar políticamente a la hora de tomar partido. Lo que esconden estas palabras es la posible consecución de derechos electorales para los haitianos nacionalizados o descendientes y el  interés de cercenarlos.

 ¿No les suena a las campañas que se difunden en internet? Quiza les sonará como se escandalizaban que en la última campaña electoral municipal una candidata a regidora(concejal) del municipio de Higüey del partido País Posible de Milton Morrison(3),  mandase mensajes en creol, situación que era una tragedia, "ya eso era lo último" decían, algo intolerable, a la vez que pedian suspensión de esa forma de campaña y sanción para la candidata y el partido. Sin embargo no cuestionan que los candidatos de Estados Unidos se dirijan en español al electorado hispano para ganarse sus votos


Y todo lo resume el autor de El Cristo de la Libertad así: "La República, para poder subsistir como nación española, necesita afianzar las diferencias somáticas  que la separan de Haití puesto que de lo contrario éste acabará por absorber la población dominicana asimilándola a la suya propia"(LIAR 96, el subrayado es del blog) 


De ahí que consciente e insconsciente, mi querido pueblo dominicano tenga ese afán incesante en aparearse para tener hijos con personas mas claras, sobre todo los hombres. Vaya, eso sí es practicar la eugenesia.


Pero Joaquín Balaguer llega al punto de suavizar al tirano Rafael Leónidas Trujillo y sin mencionarla, la matanza(de1937) de más de 15 mil haitianos en la frontera y diversos municipios y ciudades. "El empeño de depuración racial que animó en ciertos momentos a la dictadura de Trujillo no obedeció, pues, a un absurdo prejuicio de casta(sic) que ni existe ni puede existir en un país cuya población es eminentemente mestiza."(ibid)

Como no podía ser menos, la obra aquí comentada trata el asunto fronterizo. La delimitación de la frontera ya no es un problema, hace tiempo fue zanjado. Para Balaguer es obvio que se debe plantear el asunto de las interrelaciónes humanas en ese área. El expresidente de la República Dominicana expone prohibir o impedir el paso ilegal por ella, (aspecto en el que todos estamos de acuerdo, pero sin solución a la vista mientras militares, policias y funcionarios trafiquen con todo en la frontera: con personas, armas, drogas, alimentos...). Luego plantea vigilancia eficaz, dominicanización y refuerzo de la economía fronteriza para que no predomine la interrelación social con los haitianos ya que, como hemos visto antes en el texto de Balaguer, eso expone no sólo a perder "el carácter nacional sino también a corromper sus costumbres y rebajar el nivel de su moralidad"   (Liar,74).  Para él está por encima de todo el sagrado estatus ciudadano(ser dominicano) y por él hasta sobra eso de ser humanitario: "No hay razón(...) alguna de justicia ni de humanidad que pueda prevalecer sobre el derecho del pueblo dominicano a subsistir como pueblo español y como comunidad cristiana"(Liar,74) ¿No es acaso el resultado de eso  la actitudes crueles e implacables contra los "animales" haitianos que se ve en las redes sociales?


Nave industrial de la Empresa Textil Grupo M, del empresario dominicano Francisco Capellán, instalada en Juana Méndez, Ouanaminthe, Haití, ciudad fronteriza entre Dominicana y Haití que ha generado 7000 empleos directos, y más  de 30 mil indirectos por el auge de la zona que ha atraido a ciudadanos haitianos de otros municipios del mismo Haití. Hay más soluciones que muros, discriminación y persecución.


Esto se replica en las opiniones de la mayoría de ciudadanos dominicanos que no comprenden como se desenvuelven las fronteras y lo ven con una simpleza absoluta. Pretendemos los dominicanos que nuestro territorio fronterizo sea tan depurado como no ha conseguido ninguna nación del mundo


Ignoran que las influencias mutua  son imposibles de evitar y más si en esas fronteras hay un ingente comercio. En la zona del Río de la Plata el español y el portugués brasileño se mantienen influenciados; en la zona norte de Uruguay se habla portugués y en el sureste una lengua mixta español-portugués; en Francia una franja en la frontera con Euskadi es vascohablante y viceversa.   Lo más reciente ha pasado en España ante unas reclamaciones de Portugal sobre el municipio de Olivenza de la Comunidad Autónoma de Extremadura que de lado a lado de su frontera se han intercambiado por siglos su lengua y cultura.  El expresidente de la Junta de Extremadura, oriundo de Olivenza, Guillermo Fernández Vara, ha dicho que su localidad es una "ciudad extremeña y española, orgullosa de su pasado portugués. Nos sentimos hijos de España y nietos de Portugal."


Pero no, un pueblo afrodescendiente como el dominicano quiere ser el más puro de influencias, eso sí, exclusivamente haitianas; ideal que fue impregnado desde Trujillo por  el núcleo de intelectuales blanco, y de cierta descendencia española, de las clases gobernantes como Balaguer.

                                                          


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El teórico del anti-haitianismo ya mencionado al principio, Manuel Arturo Peña Batlle  después de la matanza de 1937 justificaba  la actuación del gobierno de Trujillo de esta manera: "Si no actuamos con mano dura y ánimo fuerte, llegará el momento en que el mal será irremediable entre nosotros"(3) para concluir: "Estamos consolidando las esencias de nuestro futuro destino nacional"(4)

 

A 82 años de esas expresiones, su trasfondo ideológico es repetido de forma masiva por todos los estamentos sociales dominicanos..."nuestras raíces suplantadas por una mayoría de población que se introduce poco a poco"... "en 50 años los dominicanos estaremos hablando creol"..."nos estamos haitianizando"..."los alumnos haitianos desplazan a los dominicanos"...

 

¿Y entonces..? ¿Y después..? ¿Qué  queremos..? ¿Que la historia se repita..?

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NOTAS

1) Editora Corripio, Santo Domingo Rep. Dominicana, 4ta edición 1987. Toda referencia a la obra se hará con las siglas LIAR, seguido del número de página.

2) Posterior a la obra de Balaguer, Manuel Núñez, profesor, lingüista y ensayista, escribió la obra El ocaso de la Nación Dominicana(1990) que aunque mas extensa que la de Balaguer,  porque casi va de enciclopedista del tema(600 páginas), sin embargo reitera en las mismas ideas de éste.  También en 2007 Euclides Gutiérrez Félix, político, jurista e historiador, publica Haití y República Dominicana: Un Origen y dos Destinos.

3) Este ingeniero, empresario y político es hijo del conocido poeta-escritor dominicano Mateo Morrison.

4) "Discurso de Elías Piña", Manuel Arturo Peña Batlle, 16 de noviembre de 1942. Reproducido por el Periódico El Sol, Santiago, Rep. Dom., 7 de mayo de 1981.

5) "Carta a Jorge Mañach, idem, 1945, reproducido por el periódico El Sol, Santiago, R.D. 8 de mayo de 1981.