sábado, 7 de enero de 2017

LA ESCLAVITUD NEGRA EN ESPAÑA 2


(UNA HISTORIA ESCAMOTEADA Y SILENCIADA)



LOS NEGROS DE ANDALUCÍA
Terminaba la primera parte de este escrito con una batería de preguntas. Quizá responda en algo a esas interrogantes lo que investigué posteriormente. En 1966, TRIUNFO, una importante revista española de la época, publica un reportaje. Era presentado de esta manera:



En el mismo se hacía eco de vestigios africanos en este municipio de la provincia andaluza de Huelva (frontera con Portugal). Como cuenta esa crónica, había persona de origen negro-africano en esa población, exponiendo la causa de esa presencia: Cuenta que la discriminación de la que fueron objeto les llevó al aislamiento y el aislamiento garantizó que permanecieran los marcados rasgos africanos, aunque misturados con gitanos y otros genotipos humanos. Tanto así que en la década de 1950 sus características antropológicas fueron constatadas visualmente, y en la de 1960 fotografiadas por los periodistas de la revista Triunfo.

La crónica de la revista arranca realzando que 


El señor José Moreno, afrodescendiente.

"José Moreno vive a catorce kilómetros de Huelva, en Gibraleón. Aunque José no se apellidara Moreno, aquí lo llamarían así. Porque José no es blanco. Desciende de negros y en Gibraleón a los descendientes de negros los llaman "morenos". José no sabe cómo llegaron sus antepasados a esta tierra"(1) 

De ahí nos informa que el tipo africano sólo es posible localizarlo en algunos individuos o familias  mezclados o cruzados con otros, que "hay mestizos que presentan una morfología netamente blanca, pero tienen la piel negra".


Otra de las fotos de 1966 que acompaña
 el reportaje de la revista Triunfo.
Expresa el texto de la revista Triunfo que aunque se suscitaban discusiones calientes entre ellos mismos acerca del linaje  blanco/negro, sin embargo cada quien sabía su procedencia. Por esto los "morenos" aceptaban callados los señalamientos sobre su raza,  y "si alguno asciende en la escala social, tratará de disimular su origen", que es lo que hacen normalmente las minorías excluidas y estigmatizadas por la sociedad, y así lo expresará el historiador y archivista-documentalista Sebastián de la Obra en relación a lo que hacían los judíos en la península ibérica: 

"la forma de fingir, de simular de nuestros judeo-conversos, que se pasaron 300 años aparentando una cosa públicamente, mientras tanto siendo otra"(2)

Pero claro, el reportaje de la revista Triunfo tiene un antecedente importante:  hacía 14 años, en 1952, que  el  investigador y folclorista navarro Arcadio de Larrea logró hacer visible a los olontense (de Gibraleón) publicando "Los negros de la provincia de Huelva" . En ese trabajo Larrea constató que allí estaba "el núcleo más importante y diferenciado" de afro-descendientes y  estimaba su número cerca de los 200 individuos.


Fotografía que acompañó al trabajo de investigación de Arcadio Larrea en 1952. Una chica  de Gibraléon provincia de Huelva, comunidad Autónoma de  Andalucía.

Llegado a este punto no es contradictorio decir que aunque el tema ha querido silenciarse se constata que existen  estudios sobre la temática, pero han sido realizados en períodos aislados o muy distantes unos de otros, lo que quiere decir sin continuidad, por lo que sí, quedaron aislados y olvidados, y la historia permaneció silenciada hasta hace pocos años.


ÁFRICA Y ANDALUCÍA
Sin embargo paradójicamente en la actualidad se ha desatado y emprendido un movimiento monitoreado por sectores culturales, sociales y académicos de Andalucía que reivindica la cultura africana presente en esa región autónoma, la segunda en extensión del territorio español.

Hasta hace pocos años nadie se atrevía a escarbar  en esta temática ya que era fruto de la trata de esclavos practicada a gran escala en las posesiones coloniales de ultamar, pero que al interior de España se consideraba más ignominia y vergüenza "es un fenómeno que suscita juicios de valor y condenas morales, es más fácil admitirlo en lugares y tiempos lejanos que en nuestros países europeos" expresará la investigadora Aurelia Martín Casares y el músico y antropólogo Raúl Rodríguez Quiñones recalcará que esto se ha hecho  "para que no nos pesen las culpas que tenemos"(3)

Pero también por los prejuicios de una sociedad altamente fanatizada por el cristianismo-catolicistas que estigmatizó las etnias africanas. Porque si se decía que el diablo era oscuro, de ahí que "los negros y negras los hizo el diablo y no Dios"; si la religión los consideraba casi como animales, no es raro que a alguien a quien se le acusó de llevar esclavas a su casa para disfrute sexual dijera que "no era pecado tener cuenta carnal con una esclava para que empreñase, como se echaba a una borrica un caballo para que pariese muletos"(4)


RELIGIÓN, INQUISICIÓN Y ESCLAVOS NEGROS
La esclava africana Chikaba, rebautizada como Teresa
Juliana por sus amos, y luego lograron que la admitieran
 en un convento de la ciudad de Salamanca-
No se puede negar que a parte de las manifestaciones musicales que realizaban los negro-africanos cuando podían, la religión fue una correa de transmisión de su herencia en España a través de la participación en todas las fiestas religiosas multitudinarias. Seguramente esos esclavos africanos se percataron que era un medio para intentar alguna leve inserción e integración social y que una parte lograría con muchos obstáculos. En la primera parte vimos algunos casos. Ahora presento el de la monja Chikaba, llamada Sor Teresa Juliana de Santo Domingo







Honras fúnebres a "La negrita de la penitencia", como
también fue llamada la religiosa Chikaba.
La misma es considerada la primer mujer hispano-africana investida monja y que escribió en una lengua europea. De todas maneras, en el convento de Salamanca donde ingresó, le hicieron la vida imposible, le trataba mal, fue rechazada por las otras religiosas y se le limitaba su acceso al coro, al comedor (refectorio) y al dormitorio común. Limitarla al coro no era un capricho, era negarle un privilegio: las integrantes de este grupo artístico estaban exentas de hacer labores de limpieza y cocina.  A ella se le trató casi todo el tiempo como una novicia y estuvo doblemente sacrificada con mayores grados de penitencias y sumisión propias de la religión, pero también por ser mujer y negra. Vamos, que tuvo un papel de monja casi esclava. Aún así luego de su muerte, como se acostumbra, se le atribuyeron milagros y otras cualidades de santo y se intentó canonizarla.

En esa desigual  y difícil lucha por integrarse, los africanos tuvieron que acomodarse lógicamente a la mentalidad de la época, transculturizarse; de ahí que no es raro el contenido de una copla recogida en Cádiz por Arcadio de Larrea:
"Que si mi color es "prieto"/ mi dinero es español, / que tienen cruz y corona/ las armas de mi señor".
Y esa transculturización e integración entre aquellos que habían obtenido su libertad  pasaba por dos grupos, uno de muy pobres y marginados sin bienes por tanto arrastrados por las circunstancias a delinquir ; y otro,  libertos de "vida decente"(para usar un término muy de la época) con cierto patrimonio material con el que lograron comprar sepulturas, dejar testamentos, regular sus relaciones de pareja, ser portero de cámara en las Cortes de reyes, juez o mayoral. Sobre esto último es famoso el caso del afro-hispano Juan Valladolid que fue designado Juez de los negros de Sevilla. Incluso se pueden detectar algunos casos en que algunos africanos libertos llegaban a tener esclavos: 


"La negra Elena Rodríguez, en testamento libera a su esclava llamada Juana Rodríguez de 20 años" 

Pero para ese intento de inserción social condicionado, ya sea como esclavos o libertos, antes tuvieron que pasar por la estricta vigilancia del todopoderoso tribunal de La Inquisición.

Aunque a los esclavos africanos se le permitía seguir los cultos católicos, imbuidos por sus amos e instrucciones expresas de las autoridades, y adorar a las mismas divinidades de ellos, empero esto no les facilitó ningún otro derecho ya que en los primeros siglos de la esclavitud eran juzgados sin estar presentes en juicios, ni podían presentar acusaciones ni expresarse. Esas especies de códigos penales que eran las Partidas instituía que "El siervo no puede estar por sí mismo en juicio, porque es poder de otro, e no el suyo; e además porque su señor es cabeza dél".

Así es que los esclavos africanos no se salvaron del tribunal de la Inquisición, como no se salvaba ningún estamento social. Constan en los archivos históricos de Córdoba, Sevilla, Cádiz... numerosos casos en los que se les acusaba fundamentalmente de herejía, fornicación, injuria al cristianismo, apostasía y sacrilegio. No es raro que fuesen acusados de hechicería, brujería y ser judaizante y por supuesto, entre una y otra acusación no se descarta que hubiesen exageraciones lógicas por el dogmatismos e integrismo catolicista de la época, tan impregnado que llevaba a la población  a actuar como delator.


Pero al parecer todas esas acusaciones se derivaban de los malos tratos desmesurados que podrían haber recibido ocasionando leves actos de rebeldía y/o protesta  expresados en la irritación y el enojo con palabras hirientes. Y esas palabras iban  contra la religión que llevaban los amos, pues deducían que las divinidades y santos no eran tan buenos si permitían que sus amos los tratasen así.



En una de esas actas de tribunales consta que una esclava se quejaba de su ama y justificaba sus expresiones "blasfemas" porque "le echaban la cadena estando como estaba preñada, y la tría alrrededor del cuerpo, y que no lo creyó( se refiere  lo que dijo enojada), sino que lo dixo con la rabia que tenía",  y otra que "la cruz era palo y la imagen barro  por lo que no merecían adorarse". 

Cortés López en su  investigación en numerosos archivos de Andalucía  cita varias acusaciones especificadas:


"Gerónimo negro dixo ciertas blasfemias contra la virginidad de Nuestra Señora". "Gaspar Macías dixo que Nuestra Señora y San Joséf dormían juntos y se tratavan como marido y mujer".


"Andrés de Torres, mulato,...dixo...anda que los santos fueron pecadores como yo y más...que los ángeles habían sido pecados y Dios también"

 

EL LEGADO AFRICANO: QUINTA FUENTE CULTURAL
Después de estas vicisitudes al final se impregnó y permaneció la herencia cultural africana en lo hispano. Ya no se puede ocultar porque como expresa Isidoro Moreno, catedrático andaluz de antropología de la Universidad de Sevilla 


"La única manera de decidir qué queremos ser en el futuro es reafirmar con legitimidad y fuerza nuestro presente y los factores por los que hemos llegado a él".(5) 

De ahí que junto con la herencia cristiana, árabe, judía y gitana, hoy se incluye la africana como la quinta fuente integrante de la cultura de Andalucía, por tanto de España.

De la cultura judía no permanecen tantos patrimonios arquitectónicos, apenas sinagogas y casas de judíos,  pero sí muchos en el lenguaje, el pensamiento filosófico, la mejor literatura, en la medicina... Es lo mismo que afecta a la cultura africana negra en España, su carencia de poder económico no les permitío dejar legados materiales, entonces en este caso predomina el patrimonio inmaterial.  


Retablo de San Cosme y San Damián o El Milagro de la Pierna Negra, escultura en bajorrelieve en la que se narra
el supuesto milagro de estos dos médicos al hacer un implante de una pierna de africano a un español. Una escena
 que  muestra el dolor del esclavo y, bien mirado, intencional o no, simboliza un mestizaje cruel.




He resaltado en la primera parte de este escrito como en la literatura de Cervantes está subrayado la disposición para la música de los esclavos africanos en España, y ciertamente el aporte africano más inherente es el dejado en la música y el baile  gitano-andaluz, en el flamenco. Esto así pues dos minorías perseguida y /o marginadas, tuvieron que juntarse en muchos momentos a intercambiar sus penas al través de las manifestaciones del canto, las percusiones  y el baile. De ahí que se haya establecido huellas africanas en las modalidades flamencas de fandangos, tangos, chaconas, zarambeques y zarabandas, muchas de las cuales eran perseguidas en el siglo XVI al considerarse que tenían "movimientos eróticos que venían del demonio".

Y todas estas manifestaciones musicales eran escenificadas en calles y teatros, pero se regulaban para que lo hicieran sólo sábados y domingos. Sin embargo seguían propagándose más a través de las celebraciones  y cofradías religiosas de las ciudades como ya hemos apuntado. Y en la primera parte hemos mencionado la Cofradía de los Negros y Mulatos de Granada, que junto con La Hermandad de los Negritos de Sevilla, es de las  más antiguas y siguen existiendo

"El guineo", una modalidad musical considerada a veces obscena solía colarse en los festejos religiosos del Corpus Christi, Semana Santa y Navidad, donde era cantada como villancicos. Y he aquí que  iban los afro-andaluces danzando, cantando y bailando, tanto así que se conservan los nombres y textos de muchos de esos cantos como "Los negrillos", "La cachumba de los negros". Estos son versos de uno que se ha rescatado y que recuerdan a la versificación y ritmo de la poesía negra de Nicolás Guillén:
"Como ven que todo es jira/ todo bureo y contento/dos negritos bailar quieren/ y así empieza el guineo:/ Gurrummé/ Gurrummé, gurrummé, gurrummé/ que jase nublao y  quiele llové"(6)

Y hoy se establece que el flamenco es todo un proceso de evolución y fusión muy heterogéneo que recibió las influencias de los ritmos negros. Se realizaban en la península, pero también en un proceso de ida y vuelta porque esclavos de América eran traídos a España y viceversa y traían maneras y ritmos ya fusionados.  El vasto investigador cubano, Fernando Ortiz, los llamaba "negros curros", pues hablaban con la zeta. Se estima que el fandango es uno de los ritmos más antiguos y viene de esa fusión afro-hispano-gitana.

Así lo ha expresado la investigadora de la cultura africana Lic. Domitila Barbollo Mate : "En otras disciplinas artísticas, como la danza, la cultura peninsular fue permeable a la presencia y el contacto con la cultura africana, y así el flamenco, tanto en el baile como en la música, no se entendería sin la influencia negra. Uno de estos enriquecimientos artísticos que nutren al flamenco es el cumbé, baile que desde el siglo XVII se integra en este palo flamenco, el fandango"(7)

Ya es indiscutible que lo africano es "parte integrante de la construcción de la sociedad hispana", es su quinta fuente cultural como ya han fijado los andaluces. Y realmente quedan muchas oportunidades de investigación que se pueden cristalizar como monografías de determinados aspectos o en otras ciudades o regiones que no hemos tocado aquí como las dos Castillas, así como la costa oriental del mediterráneo, Valencia y Barcelona, ya que también por allí hubo una ruta del comercio esclavista que contribuyó al progreso y expansión de la corona de Aragón a la que pertenecía Barcelona.


Cabeza de hispano-africano esculpida en el Palacio de la
Generalitat de Catalunya (Sede del Gobierno autónomo) lo cual evidencia
  la incidencia que también tuvo lo africano en la costa este de
España, Valencia y  Barcelona. En esta última ciudad se data desde 1455 la existencia
de la Cofradía de los negros de Sant Jaume. 


 Y UN FINAL ENTRE DOMINICANOS Y ANDALUCES...
Y cuando más arriba dije que es paradójico lo que se da en Andalucía por rescatar y valorizar las fuentes africanas de su cultura,  estaba pensando con certeza en la República Dominicana, en donde la población negra y su descendencia ha sido mayoritaria.

Ya han visto que en España ha existido siempre pero ha sido una minoría entre otras minorías como la judía y gitana, y que aún así se ha lanzado a rescatar esa herencia cultural con relativamente pocos vestigios, casi invisibles a simple vista por su silenciamiento de siglos. 
Algunas etnias africanas de las que muchas fueron introducidas por los esclavistas
en el norte, centro y sur de América


Pero... ¿y República Dominicana?.. Bien, gracias; pero no. 

Hasta la fecha la mayoría de dominicanos no se han conciliado con la cultura africana, lo que dicho en otras palabras quiere decir que negamos esas raíces (incluyendo  la haitiana, que por eludirla somos capaces de armar tremenda reyerta) a pesar de que estamos rodeado por todas partes de ella: música e instrumentos, comida, vocabulario, onomásticos, denominaciones geográficas, creencias mágicas, etc.


 No hay mejor expresión para definir y aclarar ese comportamiento inconsciente y enajenado del sujeto dominicano que lo escrito por el doctor Francisco Moscoso Puello en su Cartas a Evelina, obra amarga e irónica, graciosa y cruel a la vez que ningún dominicano debe dejar de leer: 

"Pero debo advertirle, señora, que los dominicanos somos constitucionalmente blancos, porque  ha sido a título de tales que hemos establecido esta República".(8)


 Y para ponerlo más gráfico: es normal que las minorías sufra las embestidas del poder, pero también las provenientes de la mayoría de la población que en vez de enfrentar la explotación y manipulación que sufre de ese  poder, una considerable parte de los dominicanos embisten contra otro explotado que consideran más débil e inferior: los haitianos que van a buscarse la vida en República Dominicana.  Pero asimismo  los dominicanos van a Europa, Estados Unidos y Puerto Rico como minorías.


Moscoso Puello, prominente médico afro-dominicano, como rareza de su época era consecuente con sus  orígenes étnicos  y así lo contaba con la parte de jocosidad que caracteriza la obra mencionada:  

"y me siento orgulloso de la parte que tengo de esta sangre. Mis mejores cualidades se las debo a esa raza vigorosa. El filón negro que yo poseo lo he recibido de mi madre"(...). "Sólo conocí a uno (se refiere a un tío) que se llamaba Genaro Puello, un negro alto, bien puesto, buena persona, sin que pueda dar más detalles, pues los negros no tienen historia, ni biógrafos, a menos que sean un Toussaint Louverture".(9)

Y, claro, el dominicano que tiene ascendencia haitiana llega al paroxismo, y todo el transcurso de su vida siempre se moverá obsesionado  por ocultarla o negarla, en otros casos se tornarán en los más obstinados, acérrimos e intransigentes anti-haitianos (10); y,  en todo caso, cuando se poseen esos apellidos que suenan haitianos se auto-engañan diciendo que son franceses; claro que provienen de la lengua francesa (como los de la mayoría de dominicanos proviene de la lengua española), pero se han heredado por la línea de los apellidos que los esclavos liberados de la República de Haití adoptaron de los esclavistas franceses(11).

Entonces, si he dicho paradójico deriva de observar ese movimiento de rescate en Andalucía, la segunda región en extensión de España, y la que, junto a Canaria,  tiene más lazos íntimos con el Caribe,  y por ende con República Dominicana. Por eso, viendo lo que han emprendido los andaluces, brota la pregunta obligada...¿qué no tendríamos que hacer los dominicanos en esfuerzos, si no multiplicarlos por cien?



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(1) Ver Triunfo, no.234 en archivo digitalizado de los números de la revista. Autor: Víctor Márquez Reviriego.

(2) Jornada-Encuentro Las Cinco Fuentes de la Identidad Andaluza, celebrado el 3 de diciembre de 2016 en el Municipio Bollullo de Mitación, Sevilla, Comunidad Autónoma de Andalucía.

(3) Ibid.

(4) Las cita, así como las que están a continuación pertenecen al trabajo Los Esclavos y la Inquisición del prof. José Luis Cortés López. 

(5) Jornada Las Cinco Fuentes de la Identidad Andaluza.

(6) Reproducidos por el Edileny Tomé Da Mata en su artículo "Del "Neant" a Ser Humano, hacia la Ciudadanía"
(7) La esclavitud negroafricana en España...". Ver Blog de la África Fundación Sur

(8) Cartas a Evelina. Editora Cosmos CxA. Sto. Dgo. R.D. 1974. Carta 2, Pag. 10.

(9) Idem. Carta 12, pags. 85-86

(10) Pongo un ejemplo célebre: el dictador dominicano Rafael L. Trujillo proveniente de la familia materna de apellido haitiano Chevalier (/chevalié/), ejecutó la más grande masacre del siglo XX en la isla Española, al asesinar en 1939 a miles de ciudadanos haitiano en la frontera entre Rep.  Dom. y Haití. Ver "Trujillo y su parentela de origen haitiano" de Julio G. Campillo Pérez. Revista CLÍO 157. Academia Dominicana de la Historia

(11) Ver: "Raíces haitianas en Santo Domingo" del historiador Frank  Moya Pons . Revista Rumbo, enero 1999.



 

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