"Mi renuncia es voz ante el peligro y el peligro es el contagio de las malas costumbres políticas; el peligro es el ejemplo malsano de los partidos personalistas; el peligro son las proposiciones engañosas e inmorales de éstos; el peligro es la impaciencia; el peligro es la falta de fe en el ideal; el peligro es el canto de sirena del presupuesto, la tentación de las joyas del poder". (Carta de Américo Lugo a los miembros del Partido Nacionalista, publicada en el periódico Patria, 30.01.1926. Colección AGN. Pag. 95.)
Desde adolescente mi interés por las humanidades, literatura, filosofía, historia, etc., me acercó a la admiración de las obras literarias de Juan Bosch. De ahí a su práctica ético-política. Aunque nunca milité en su partido, y a pesar del sectarismo que se practicaba de uno a otro partido, la admiración por Juan Bosch perduró.
Consciente de que ya es un personaje insigne en la historia dominicana, quien lo admire no tiene que ser necesariamente peledeistas (del PLD, actual partido gobernante en Rep. Dominicana) como creen muchos de esa organización, queriéndolo acaparar como su patrimonio exclusivo, intención que ahora se les debilita por su proceder que desmiente los principios de su fundador.
Juan Bosch |
Ahora es normal que callen, otorgándole la razón al periodista citado, pero es la lógica consecuencia de las alianzas que han montado con la derecha dominicana. Es síntoma de que el PLD de los otroras objetivos políticos éticos, y tendentes a cambiar el atraso del pueblo dominicano, no es el norte de los dirigentes de ese partido.
El clientelismo, el patrimonialismo y el caudillismo-autoritarista es la seña de identidad de la República Dominicana desde su fundación en el siglo XIX. La oligarquía fijo ese modo de hacer política desde Tomás Bobadilla hasta Santana, siguiendo con Buenaventura Baéz y Ulises Heureaux imponiéndose ante los criterios de Duarte , los Trinitarios y Luperón que nunca abandonaron la idea de una República Dominicana sin ninguna injerencia extranjera y regida por un Estado burgués-liberal. Consumada la Independencia, ya con el primer gobierno de la nueva República, esa oligarquía se impuso haciendo renunciar a Francisco del Rosario Sánchez como primer presidente de la Junta Central Gubernativa, que es como decir el primer Presidente de la República, para colocar a Tomás Bobadilla. Luego dirigidos por Duarte se dió un contra-golpe de Estado para colocar de nuevo a Sánchez; luego otro dado por Santana, y así por el estilo...
Juan Pablo Duarte, forjador teórico de la naciona- lidad dominicana. |
Destacarse en alguna guerra como militar era casi la única manera que poseía la pequeña burguesía para obtener estatus social y ascender económicamente; tenía poco que perder y mucho por ganar; de ahí la justificación de ese arrojo con el que encararon acontecimientos como el 27 de febrero y la Guerra Restauradora. Cuando los intentos de dotar a la República Dominicana de ese Estado moderno y liberal se materializaban levemente en el gobierno ( como las breves administraciones de Luperón, Espaillat o Meriño) la oligarquía se encargaba de fulminarlos colocando a sus títeres siempre proveniente de esa pequeña burguesía que tenía al Estado como su medio de ascenso social y enriquecimiento. Es el caso de Ulises Heureaux. Luego de la relativa estabilidad y progreso de la "Era de Lilís", a principio del siglo XX se reeditaron los enfrentamientos entre caudillos pequeño burgueses en la montoneras o "revoluciones" que armaban cada uno para destituir del poder al otro. Esto perduró hasta la Ocupación Militar Norteamericana de 1916 que ellos mismos, en parte, causaron.
Con el fin de educar a esa pequeña burguesía dominicana, Juan Bosch "le puso tarea": estudiar en círculos de estudio como condición sine qua non para ser simpatizante o militante del segundo partido que fundó, el de la Liberación Dominicana. Así erigió, sin duda, un partido con una organización y disciplina como no se había visto nunca en la historia de la República Dominicana desde su fundación en 1844, ni en toda Latinoamérica.
Américo Lugo, educador, historiador y pensador dominicano |
Juan Bosch procedió de la misma manera en 1973 al abandonar el PRD y fundar el PLD. Con ligera diferencia vio lo mismo que Americo Lugo: el clientelismo y el patrimonialismo en su antiguo partido. Y sendos procederes no son extraños. Ambos fueron educados bajo el influjo de la corriente positivista de Eugenio María de Hostos, ambos eran hostosianos, por lo que se regían por principios y valores éticos. Los dos consideraban que desde la Independencia en 1844, no se había conformado un Estado nación modernos que tuviese la participación del pueblo, que era un Estado fallido; que el pueblo dominicano no tenía una cultura política, ni conciencia nacional, ni conciencia de clase. En consecuencia, sus partidos tenían el objetivo de completar todos esos vacíos
(Aquí debo apostillar una diferencia entre Juan Bosch y Américo Lugo. En el segundo hay una suerte de hispanismo y elitismo bastante acentuados, al parecer influenciado por la filosofía de José Ortega y Gasset, esencialmente la expresada en su libro "La Rebelión de las Masas", que contrario a lo que se pueda creer con semejante título de evocación insurreccional, no es la exaltación del pueblo, sino la lamentación de que en la época que vive hay una excesiva presencia de "la masa" ignorante en todo y por doquier. De igual manera Américo Lugo considera que ese pueblo, clase inculta e incapaz "vive sin freno asaltando el poder a todas horas" y a la que consideraba "sólo capacitada para elegir alcalde pedáneo".
Por su parte Bosch, creyendo en el fondo también eso, en cambio consideró emprender su educación a la vez que le daba participación política; y a eso se dedicó).
Después de pasarse más de media vida dándole conciencia política a la pequeña burguesía y al pueblo dominicano y ejemplos prácticos de honestidad, Juan Bosch de nuevo se percata que sus discípulos se desesperan por llegar al poder; que están cabildeando tratos con la derecha; que van por una deriva peligrosa. No por otras razones renuncia como presidente del partido en 1990 y dice quedarse como miembro solamente. Entonces afloran preguntas acerca de sus discípulos y su comportamiento traidor en el momento en que el líder estaba casi inhabilitado por una enfemedad: ¿Por qué se desesperó Leonel Fernández y toda la dirección del PLD en 1996 cuando prácticamente en 1990 habían ganado las elecciones y en 1996 podían ganarla solos sin esa alianza "patriota" y macabra con la oligarquía y la ultraderecha dominicana, alianza que hasta destilaba racismo? Resuena Juan Bosch para responder la interrogante:
"El predominio de la pequeña burguesía en nuestro país(...) lanza a la vida política(...) a gentes que resultan radicalizados por las desesperaciones con la que desean resolver sus problemas vitales; y esa personas lo mismo escogen la vía de la revolución a ultranza, que la vía del servicio a los sectores de la extrema derecha"(Revista Politica del PRD.1972)
Ese pacto todavía derrama su influencia incrustada hasta el tuétano en el Estado dirigido por el PLD en diferentes gobiernos. Aguantando todos estos años al cavernario y sibilino Vincho Castillo y otros funcionarios ultraconservadores y neotrujillistas-balagueristas sin el menor asomo de rubor. Si el inexorable tiempo y la enfermedad que ya se le echaba encima no hubiesen sido como fueron, sin duda Juan Bosch habría fundado un tercer partido. Pero la realidad fue otra... (Continúa...)