"QUE TRATA DE LO QUE ACONTECIÓ A SANCHO PANZA CUANDO SE VIO OBLIGADO A ABANDONAR SU GOBIERNO"
(Haciendo una imitación de la manera cómo titulaba Cervantes los capítulos en "El Quijote")
"-No te enojes, Sancho, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres(...). Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen dél que ha sido ladrón, si sale pobre, que ha sido un parapoco (no muy hábil y listo) y un mentecato"
"- A buen seguro -respondió Sancho- que esta vez antes me han de tener por tonto que por ladrón". ( Miguel de Cervantes)
(Para continuar con el mismo esquema y lógica del anterior escrito, este fragmento ahora descubierto en vez de no. 10, tendría que numerarse como 9 y viceversa):
10.- Señores miembros del Tribunal Constitucional dominicano, de la Junta Central Electoral, funcionarios de Inmigración...: Aunque Sancho Panza no tuvo ocasión de bregar en su gobierno con problemas de inmigración y ciudadanos ilegales, seguramente que hubiese actuado con igual justicia y equidad a como lo hizo al encontrarse, el mismo día que dejó de ser gobernador, con un morisco llamado Ricote que era parte de los expulsados de España* y que regresa clandestinamente de Alemania disfrazado de fraile. Ha penetrado en territorio español porque viene en busca de sus bienes escondidos (un tesoro) los que no pudo llevarse a causa de la premura de la ordenanza real de expulsión, por lo que huyó con celeridad. Luego pretende pasar de Valencia a Argel para buscar a su mujer e hija.
*(Situemos los precedentes históricos que justifican ese éxodo del morisco: A partir de que los Reyes Católicos ganaron Granada en 1492 se efectuaron numerosas etapas de expulsiones. La que sufrió Ricote es la de 1609, durante el reinado del integrista católico Felipe II, que publica un decreto (bando) de expulsión a raíz de unas rebeliones que se dieron en la zona de Alpujarras, Granada. Esta disposición afectó a los moriscos de Murcia y Andalucía. Hubo otras oleadas posteriores en 1610, afectando a los de Extremadura y las dos Castillas (León y La Mancha) y asimismo, en 1613. (La segunda parte de El Quijote fue publicada en 1615, por lo que Cervantes tenía ya los pormenores, porque los había vivido, de estos acontecimientos)).
Este señor, Ricote, era un comerciante, tendero del pueblo de Sancho, por lo que ambos al encontrarse se reconocen e identifican. Entonces el recién ex-gobernador de la Ínsula Barataria le cuenta que cuando el hermano de Ricote, encargado de sacar del pueblo a su mujer e hija (las traslada fuera del pueblo y de España), la gente rogaba por ellos y lloraba tanto que hasta a él, a Sancho, esa situación "le hizo llorar, que no suele ser muy llorón"; además que algunos tuvieron deseos de esconderlas, pero el miedo de ir contra el Rey le hizo desistir de esos propósitos. Entonces esto demuestra que por encima de disposiciones injustas de los gobiernos y Estados, las masas de españoles y moros estaban y se sentían integrados en su aldea, viviendo, riendo, sufriendo y protegiéndose juntos en el día a día, y en la búsqueda de la vida.
Pero antes de ingresar a España de incógnito, el morisco Ricote anduvo errante como emigrante por Francia, Italia y Alemania, y dice que en esta última nación le pareció "que se podía vivir con más libertad, porque sus habitadores (sic) no miran en muchas delicadezas: cada uno vive como quiere, porque en la mayor parte della se vive con libertad de conciencia". Empero se considera español por toda la vivencia y arraigo que ha tenido en la península Ibérica: "Doquiera que estamos lloramos a España; que, en fin, nacimos en ella y es nuestra patria natural".
Y le pasa lo mismo que a Juliana Deguis, esa dominicana a la que los aparatos burocráticos del Estado dominicano han hecho sufrir tanto sólo porque tenía ascendencia haitiana; se le quería despojar su nacionalidad sin tener otro país dónde ir, ya que República Dominicana era el único que conocía. Se sentía dominicana. Se comportaba como dominicana. Hablaba como dominicana.
Si a Juliana la hubiesen mandado a Haití, allí estaría tan perdida como si estuviese rodeada y escuchando un millón de alemanes, y no sería tratada como haitiana. Lo mismo pasaba con Ricote que aunque de ascendencia árabe sus modos hispanos, costumbres y acento determinaba que no lo trataran como uno de los suyos en Marruecos, Túnez, Libia o Argel... "allí no encontramos el acogimiento que nuestra desventura desea y es donde más nos ofenden y maltratan". También el modo de hablar, "puro dominicano" de Deguis, "puro castellano" el de Ricote es coincidente con esta descripción que hace Cervantes al decir que este último "sin tropezar (quiere decir sin acento) en lengua morisca, en la pura castellana dijo..."
Si a Juliana la hubiesen mandado a Haití, allí estaría tan perdida como si estuviese rodeada y escuchando un millón de alemanes, y no sería tratada como haitiana. Lo mismo pasaba con Ricote que aunque de ascendencia árabe sus modos hispanos, costumbres y acento determinaba que no lo trataran como uno de los suyos en Marruecos, Túnez, Libia o Argel... "allí no encontramos el acogimiento que nuestra desventura desea y es donde más nos ofenden y maltratan". También el modo de hablar, "puro dominicano" de Deguis, "puro castellano" el de Ricote es coincidente con esta descripción que hace Cervantes al decir que este último "sin tropezar (quiere decir sin acento) en lengua morisca, en la pura castellana dijo..."
Mas tarde Ricote pide al ex-gobernador Sancho que le ayude a sacar el tesoro de sus bienes (que ya hemos dicho que escondió por la celeridad con la que tuvo que exiliarse) ofreciéndole 200 ducados pues al ser vecino de su lugar conoce "las muchas necesidades" de Sancho y solidariamente desea que las remedie en algo.
Al parecer, fresca la herida de su experiencia de Estado, Sancho Panza no quiere por el momento ninguna complicación. Lo expresa en uno de los dichos de su inagotable "refranoteca", si me perdonan la palabreja.
"que yo sé que lo bien ganado se pierde, y lo malo, ( lo mal ganado se pierde) ello y su dueño". "
Por tanto, rechazará la propuesta de su antiguo vecino de El Toboso pues "yo no soy nada codicioso; que, a serlo, un oficio dejé esta mañana de las manos, donde pudiera hacer las paredes de mi casa de oro, y comer antes de seis meses en plato de plata".
Obviando, pues, el ofrecimiento de Ricote, Sancho finaliza el tema y va al meollo del asunto: la solidaridad con un emigrante, con uno que sus autoridades han etiquetado como diferente. Pero que no es sólo solidaridad, es identificación con alguien que forma parte de su conglomerado, de alguien que ha tenido convivencia con "cristianos viejos", que se ha españolizado como se ha dominicanizado Juliana Deguis.
"-Si tú no me descubres, Sancho, seguro estoy que en este traje no habrá nadie que me conozca; (...)".
-Ya te he dicho, Ricote -replicó Sancho-, que no quiero; conténtate que por mí no serás descubierto, y prosigue tu camino y déjame seguir el mío".
"-Si tú no me descubres, Sancho, seguro estoy que en este traje no habrá nadie que me conozca; (...)".
-Ya te he dicho, Ricote -replicó Sancho-, que no quiero; conténtate que por mí no serás descubierto, y prosigue tu camino y déjame seguir el mío".
Sancho lo que desea, en fin de cuentas, es desestresarse, relajarse de la experiencia fallida de la República Barataria, encontrarse de nuevo con el caballero andante al que sirve, Don Quijote de la Mancha; es lo que más desea ahora, en esos momentos aciagos pues "su compañía le agradaba más que ser gobernador de todas las ínsula del mundo".
(Los episodios acerca del gobierno de la Ínsula Barataria en los que he basado esta comparación entre Rep. Dominicana y el gobierno de Sancho están en la Segunda Parte de "El Ingenioso caballero don Quijote de La Mancha", y comienzan a partir del capítulo XXX (cuando se encuentra con los duques) hasta el LIII (cuando Sancho deja de ser Gobernador de Barataria). Luego el capítulo LVI es el que narra el encuentro de Sancho con Ricote, y del que se basa esta segunda parte de mi trabajo).
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