jueves, 7 de agosto de 2014

EL TERCER PARTIDO DE BOSCH ( y 2)


 Yo creo(...) que un partido de principios no puede pactar sino con otro partido de principios, y que sólo excepcionalmente podría pactar con una facción personalista".

José Francisco Peña Gómez, líder dominicano cuya ascendencia
haitiana no le perdonaron los sectores ultraderechistas
de la República Dominicana, que emprendieron una cruenta

campaña racista a la que ¡quién lo diría! se sumó el PLD, por

impedirle su ascenso al poder del Estado.

Podríamos decir que, 
coincidente con la cita anterior escrita por Américo Lugo en el periódico Patria,  Juan Bosch estuvo convencido toda su vida de su contenido.  José Francisco Peña Gómez ofreció su apoyo a la candidatura de Bosch y éste la rechazó porque consideraba que debía ganar las elecciones solo, de esta manera no tendría condicionantes. Entonces remediémoslo ahora, extirpemos de su historia esa ignominia del "Frente Patriótico" . Sería manchar toda una vida adherirle la autoría de ese pacto. Si no aceptó el ofrecimiento de su antiguo discípulo mucho menos iba a hacerlo con Joaquín Balaguer.


(Debo aclarar que no hay que oponerse por oponerse a los pactos. Siempre hay que buscarlos ahí en temas puntuales de interés nacional, pero ganando las elecciones por separado para luego darle cabida a quien desee contribuir al país y esté capacitado, pero sometido a las líneas maestras del programa de gobierno del partido ganador; no como hicieron en 1996 y hasta hoy, una especie de contrato para repartir cargos y darles un poder y una relevancia a algunos partiditos que no los obtendrían ni en 100 años:  todavía no alcanzan el uno por ciento de los votos a nivel nacional)


Imagen de Juan Bosch(Periódico HOY)
Y esto nos lo aclara mejor Mildred Guzmán (secretaria personal de toda la vida del Profesor) en su libro "El Bosch que yo conocí". Relata que Juan Bosch sabía que su padre había perdido la memoria; que era consciente que también sufriría la enfermedad porque ya se le mostraban algunos indicios; que no quería que acrecentado el mal en su etapa crítica se le expusiera al ridículo en público; esto último lo decía porque también era consciente de ser una figura eminente y de prestigio, por lo que era susceptible ser utilizada para avalar acontecimientos que no tuviesen su visto bueno.

 Pero...¡Oh, que terrible! Justo lo que temía fue a lo que le expusieron en 1996 en aquel acto de traición, dándose la mano con Balaguer (Leonel Fernández en medio), como símbolo de un pacto supuestamente prohijado por él.  Creo, y así lo creerán muchos peledeistas, que conociendo a Juan Bosch todos sabemos que en buen estado de salud ese pacto no hubiese sido posible. Dicen que le  engañaron informándole que iba a un cumpleaños o quizá su estado en aquel momento no conllevase  ninguna motivación engañosa, simplemente hacerlo presente.


Hoy, el partido de Bosch consta de dos grupos de intereses económicos encabeza
zados por Danilo Medina y Leonel Fernández
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Eliminar el clientelismo, el patrimonialismo, sus vertientes amiguismo-nepotismo, y el autoritarismo, base sobre la que se fundó el Estado dominicano, fue el objetivo claro del fundador del PLD.  Hasta 1996 el PRD y el PRSC habían sido (y siguen siendo) el paradigma de esas prácticas políticas. Pero la unión de los tres ha elevado esos  males a una potencia tan colosal y escandalosa que se desconoce el exponente. Hay que sumar a una "izquierda"  hoy derechizada que también ha costado lo suyo al Estado dominicano. Le han creado en exclusiva organismos estatales que han hinchado el presupuesto nacional. Como ha expresado el escritor, lingüista y crítico Diógenes Céspedes,  no hay nada más costoso al Estado, y nada más derechista, que un izquierdista arrepentido.

Como vimos en la primera parte de este escrito, en el siglo XIX obtener un generalato era la forma más fácil que, para ascender socialmente, tenían las clases económicamente débiles. Luego por esa  vía tocaban los presupuestos de la nación. Actualmente esa forma difiere sólo en que el Estado hoy tiene infinitas opciones, desde los ayuntamientos y síndicos más insignificante, siguiendo por senadores y diputados con múltiples y vergonzosos privilegios, los cuerpos armados, los Ministerios y Direcciones Generales infectados de "botellas", hasta la división territorial  para crear más municipios y provincias, es decir más sueldos; la abultada e injustificada nómina del servicio diplomático con más vicecónsules, consejero y auxiliares que países que son potencias en los renglones de economía, población y territorio; o los repartos indecentes de los llamados "barrilito" o "cofrecitos", los millones que desembolsan para "habichuelas con dulce" o las cajitas para el día de las madres..¡y paro de contar!...Porque parecen decir como el protagonista de la obra teatral  "Los intereses creados" de Jacinto Benavente: 


"Creedlo. Para salir adelante con todo, mejor que crear afectos es crear intereses..."

Siguiendo con la caracterización que realiza Diógenes Céspedes añado que, ya incrustados en el Estado, legislan para blindarse de sus actos corruptos, defender sus intereses y reproducirlos. Se hacen millonarios, y esa acumulación originaria de capitales no saben usarla para la inversión industrial, ni para convertirse ellos en burgueses, por tanto transformarse y transformar la sociedad, invirtiendo en industrias, finanzas, turismo, la construcción, bienes raíces... No. Únicamente saben desperdiciarlos en lujos, vanidades; en  aparentar y presumir de su nuevo estatus. Y esto lo transfieren a las ejecuciones gubernamentales cuando nos hacen creer que vivimos en un país desarrollado implementando un suburbano (el Metro) sin solucionar el problema del suministro eléctrico, o la ilusión pequeño burguesa de un "New York chiquito".




Luego, con este panorama ilusorio, la gente cree estar en un país desarrollado y vive por encima de sus posibilidades. De nada le ha servido leer tanta sociología, historia y marxismo. Nada más saben reproducirse políticamente promoviendo las dádivas y el amiguismo a través de fundar organizaciones improductivas para aspirar eternamente a la política. FUNGLOBE  es un ejemplo de ese proceder. 

No se puede negar que nuestra sociedad dominicana ha ido evolucionando y obteniendo avances micro y macroeconómicos, aunque a ritmo de trompicones.  Pero el tema del clientelismo-patrimonialismo es, quizá, lo que no se le perdone al PLD luego de pregonar tanto su rechazo, y tener ejemplos en la práctica de Juan Bosch.

En la segunda mitad de 1980 Juan Bosch tenía 76 años.  Para esa fecha yo conversaba con unos buenos amigos miembros del PLD que aunque militábamos en diferentes partidos y había mucho sectarismo e intolerancia, siempre conservamos el respeto, escamoteando esas intransigencias y conservando la amistad.  Formaban parte de una generación que aún estuvo bajo el régimen interno de estudios en su partido. Algunos expresaban con pasión sincera que si pudiesen darles años de su juventud al profesor se lo darían para que éste se mantuviese más años aportando a su obra partidaria. Entre esos jóvenes estaban Gedeón Santos y Domingo Hernández, con quienes coincidía en el día a día de las constantes luchas barriales de la Zona Oeste del Distrito Nacional (hoy Santo Domingo Oeste).

 Pero si hacemos un ejercicio de ciencia-ficción y sometemos al "túnel del tiempo" los deseos de esos antiguos compañeros del barrio, veríamos casi con plena certeza que todo ese montaje para la segunda vuelta de las elecciones de 1996 nunca se hubiese dado; la traición en la que los discípulos sumergieron-embaucando- al maestro, ni pensarla; de "frente patriótico", nada; ni de clientelismo, patrimonialismo ni corrupción, o al menos una voluntad para eliminar estas lacras consustanciales al Estado dominicano, que es la única cultura política  que conoce,  practica y tiene fuertemente enraizada el pueblo dominicano.

Momento de legitimación y entrega de la militancia del Partido  Reformista (derecha política) al partido de la Liberación
Dominicana (PLD) cuando los discípulo de Juan Bosch, aprovechando el avance del Alzheimer del líder, sellan su traición. 


Ese enraizamiento es lo  que determina que cuando Gedeón Santos fue Presidente de INDOTEL y retira de esa institución a un hermano como un gesto contra ese patrimonialismo en su variante del nepotismo, la gente de rasgue las vestiduras y llenen a Twitter y Facebook, etc., con protestas y muestras de dolor por esta "injusticia" (supongo que no se le está cancelando del puesto de trabajo, más bien trasladándolo de esa a otra institución para curarse de una acusacion de nepotismo). Teniendo en cuenta que la mayoría de políticos consideran que lo primero es ayudar a su familia y amigos, buscarles puesto de trabajo, resolver sus problemas antes que resolver los problemas del país, el gesto de Gedeón Santos es esperanzador, ojalá no sea algo pasajero, anecdótico, y forme parte de una convicción, de un cuerpo ideológico. De ser de esta última forma Gedeón Santos sería una esperanza para dirigir al PLD por los principios dejados por Juan Bosch; pero todo está por ver hasta dónde sería capaz de llegar.

Cuando Leonel Fernández teoriza sobre el liderazgo con su anécdota acerca de "los sobrecitos", eso que dice denota conocimiento de la mentalidad y modo de hacer política del pueblo dominicano. Todos estamos conscientes de eso. Pero al decirlo como lo dijo,  Leonel se sitúa como la antítesis más radical de Juan Bosch, porque mientras el fundador del PLD trabajó para eliminarlos, el segundo actúa con cinismo, dando a entender que no se puede hacer nada, que hay que  aceptarlo sin más, por tanto seguir utilizando ese quehacer como norte de la actividad política. 

También ha dicho que el PLD se convertiría en una fábrica de presidentes, diputados, síndicos, senadores, ministros... pero...¿con qué base y sustrato ideológicos y políticos? En el PLD ya no se estudia. Los círculos de estudios(Q.E.P.D) ya no existen. Ahora existen los "inscritos" en el partido tan fácil como empadronarse en un ayuntamiento. Es la masa ocupando el partido, no como consideraba su mentor y guía, que el partido (sus cuadros, militantes y simpatizantes...) fueran a la masa, al pueblo y que no se debía abandonar  ese propósito "porque de abandonarlo lo hará al costo del desprecio de las generaciones venideras".

La tajante expresión del ex-presidente Leonel Fernández  es un incentivo para desatar aún más las incontrolables ambiciones de la militancia pequeñoburguesa. El Congreso Norge Botello fue una muestra de ello. Fuimos  asombrados testigos de una epidemia de candidatos al Comité Central, que a la vez que es un ejercicio de democracia, también denota que ya nadie quiere fortalecer al partido en círculos de estudios, comités de militantes e intermedios, sino cerca de donde es más probable ser postulado a diputado, senador, funcionario, secretario de Estado, ministro...

Se ha consumado, pues, el alejamiento  del partido delineado por Bosch. El proyecto de Juan Bosch fracasó en 1996 cuando Balaguer entregaba la militancia reformista a Leonel y la posibilidad de obtener el gobierno  desataron todas las ambiciones de la pequeña burguesía. Lo demás ya se conoce: actos de corrupción y rapiña del dinero público. "Servir al partido para servir al pueblo" se ha desfigurado en servirse de los patrimonios estatales que es servirse del pueblo, de los contribuyentes.

Hacia el interior partidista ya asoman, como un embrión, las costumbres de los  partidos tradicionales, que van desde las quejas por fraudes en las elecciones internas, mutuas acusaciones como "me venció el Estado", la "perredeización", hasta las tendencias de grupos "danilista" y "leonelista" que, empero, no son corrientes ideológicas. 

 En consecuencia considero que el PLD navega hacia tres disyuntivas: La primera, que desde la dirección se propicie un rompimiento con la oligarquía, derecha recalcitrante. Esto provocaría para bien una vuelta a la oposición al carecer de los votos de reformistas y sectores inconsecuentes y/o vendidos del PRD. (Además esas fuerzas tarde o temprano se reagruparán para sí).  Sería lo más conveniente para conducirlos de nuevo a los principios y la ética política, pero es lo menos probable.

 La segunda, que los grupos autodenominados "leonelistas" y "danilistas" u otros aspirantes se concilien tácticamente y  alternen en el gobierno cada cuatro años, por tanto continuar la actual deriva, gobernando con, y dándoles cobertura a, la derecha. Esto es lo más probable porque dada la preeminencia y poder de la derecha en todos los estamentos del poder judicial, romper con ella y apartarla del poder  acarrearía su implacable revancha, y  solamente así irían a juicios desde Leonel , Rúa, Bautista, hasta los demás implicados en corrupción. Así pagarán esos aliados de hoy, cuando mañana no lo sean. Recuerden lo que hicieron con Salvador Jorge Blanco, pero nunca sometieron a Balaguer ni a ninguno de sus funcionarios, con iguales o más casos de saqueo del erario público. Por esto, que crearía un gran cisma y sima que van a evitar, repito, esta segunda es la opción más probable.

Y la tercera que surja un liderazgo nuevo, fuerte y carismático que construya el partido de Bosch apegado a los tiempos que vivimos , o se divida realmente. Para que surja ese liderazgo nuevo tendría que emerger un dirigente con la misma fuerza y carisma que Bosch, o al menos parecido; pero éste no se vislumbra en el horizonte morado.


El daño está hecho. Ha sido una oportunidad perdida. Nos queda como un sabor amargo de un partido del que se tenía esperanza y decepcionó al haber fortalecido intensamente la incultura política del pueblo dominicano en vez de disminuirla. Por lo que nos hace mantenernos incrédulos con la política y los políticos tal y como llevan su actividad al día de hoy. Nos hace preguntarnos si los hombres honestos sólo tendrán la función de ser referentes  para honrarles en los aniversarios con discursos huecos mientras se hace lo contrario de sus enseñanzas. Si también para Juan Bosch fue inútil su esfuerzo por educar y desarrollar al pueblo dominicano, como lo fue para Duarte en relación a algunos Trinitarios; para Luperón en relación a su discípulo Ulises Heureaux; para Américo Lugo con los miembros del Partido Nacionalista.



Muchos integrantes del Partido de la Liberación Dominicana piensan que su organización no es el partido de Bosch. Evidentemente él ya lo percibió en 1990 cuando renunció y denunció  a una camarilla, "una corriente oportunista que sólo está interesada en escalar cargos públicos y obtener dinero" pero que al final ha triunfado. Lógicamente supo entonces que ya no era el partido que erigió. No lo puedo afirmar como algo definitivo pero el actual está al borde de no tener solución ni oportunidad de regenerarse. Aunque Juan Bosch lo pensó, la edad y la enfermedad no posibilitaron un nuevo partido, pero si el actual no puede regenerarse, en la amplia producción teórica de don Juan Bosch sigue vivo su tercer partido.


(In memoriam)

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