domingo, 10 de agosto de 2014

¿LA PALABRA EMIGRANTE SE HEREDA?


Álex Grijelmo, periodista y escritor.
Entre otras labores es profesor de la Fundación
 Nuevo Periodismo Iberoamericano
que presidió Gabriel García Márquez. 
El periodista Álex Grijelmo es un apasionado estudioso de los usos y estilos del lenguaje, de los significados ocultos, insólitos o inadecuados que muchas veces poseen o se les dan a las palabras. Orienta mucho a quien gusta escribir. En su columna habitual de los domingos en el diario El País (España), "La Punta de la Lengua", escribió un  artículo del que yo he tomado su título, pero con signos de  interrogación, para etiquetar el mío. Realmente será exclusividad suya todo lo que leerán a continuación como resumen de su trabajo. Sólo será de mi cosecha el penúltimo párrafo como conclusión.


Comienza Grijelmo explicando como  los grandes deportistas de élite,  ejemplo el portugués Cristiano Ronaldo, no reciben "el apelativo de "inmigrantes" sino el de extranjeros, pese a que técnicamente cumple los requisitos del inmigrante. Que lo mismo sucede con los ejecutivos franceses, alemanes e italianos de las empresas Crédit Lyonnais, BMW o Telecinco que residen en España. Que se aplica la palabra "a los unos sí y no a los otros" y que esto refleja el modo como los observamos o valoramos.

Los extranjeros futbolistas o directivos de empresas pueden quedarse a vivir con sus hijos o tenerlos en España "y pronto tomaremos a esas criaturas por compatriotas",  pero  a los hijos de los emigrantes dominicanos, colombianos, marroquíes o rumanos con empleos más menestrales(oficios)  se le asigna otro nombre en las estadísticas y el imaginario de la gente. Se les denomina "inmigrantes de segunda generación". "Es decir, se les traspasa la condición de inmigrantes(de sus progenitores, jprt) aunque se hayan criado en España y estén formados en lo que ahora llamamos "nuestro sistema educativo".

Continúa el periodista Alex Grijelmo alegando que no se designa "extranjero de segunda generación" ni a los niños que llegan con sus padres a Benidorm, ni a los hijos de futbolistas ni de directivos de empresa extranjeras: "La palabra "emigrante", en cambio, sí la hemos hecho hereditaria" para los hijos de los emigrantes que se buscan la vida de obra en obra, de bar en bar, de chalet en chalet. Además  expone que instituciones de estudios científico-estadístico, como por ejemplo el Instituto Ortega y Gasset, en un trabajo de Investigación Longitudinal utilizaba el término inadecuado "segunda generación", al mismo tiempo que exponía sus resultados: que el 50% de los niños llegados a España en edades tempranas se sentía español y que ese porcentaje aumentaba a 80% entre los que habían nacido en la Península Ibérica.

De esta manera concluye  que "resulta difícil entender que se llame con frecuencia "inmigrantes de segunda generación" a quienes ya son españoles y además nacieron en España"; que lo correcto es decir "españoles hijos de emigrantes o hijos de extranjeros, pero al final "españoles" pues tienen esa nacionalidad y se la merecen".

Milton Ray Guevara, Presidente del Tribunal Constitucional
de la República Dominicana que evacuó la ley 168/12 que
convertía a miles de dominicanos de origen haitiano
en emigrantes o apátridas.
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 El análisis  de Álex Grijelmo para España describe un uso inadecuado del habla cotidiano  y la expresión escrita. En República Dominicana se ha hecho un asunto práctico empujado por una leyes. Es la famosa e insólita sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional dominicano. Ya he dicho en otro escrito que la misma es una disposición que al situar en tránsito a quien no lo está, para juzgarla como tal era una discriminación, una prevaricación.  Ahora se designará no sólo "emigrante de segunda generación", sino de tercera, cuarta, quinta, sexta... a los haitianos u otros, imagínense... hasta 1929.  Van a heredar la palabra "emigrante"  por disposición legal quien ha nacido en República Dominicana y se ha educado en sus escuelas.  Son dominicanos pero,  por obra y gracia del Tribunal Constitucional, se les cambiará el estatus para hacerlos emigrantes y para que pidan documentos legales como tales.  Entonces ya no será por un uso inadecuado del lenguaje como ha expuesto el periodista Alex Grijelmo, sino como fuerza de ley injusta. Sería como decir que el Dr. Antonio Zaglul, Aisha Syed o Jacobo Majluta (descendientes de árabes) han sido o son "emigrantes de segunda generación" cuando son dominicanos.

Y coincidiendo con el periodista español vuelvo a amplificar sus criterios:  que aunque "les hemos dado a cientos de miles(...)carné para que lo lleven en el bolsillo(...) acceso a la Seguridad Social y sus hijos educarse en universidades españolas", sin embargo con mucha frecuencia se les está negando lo más sentido, lo más emocional y significativo: las palabras. La palabra dominicano, la palabra igual, la palabra votante, la palabra ciudadano, la palabra vecino, la palabra contribuyente y todos los derechos/deberes que se relacionan con ellas.

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