martes, 28 de octubre de 2014

APORTES DE LA DIÁSPORA ÁFRICO-HAITIANA EN LA DOMINICANIDAD (1)


"Señores, no se cansen ustedes. (que) Mientras no inicien en la revolución (a) algunas personas que hay aquí que tienen vastante (sic) influencia en casi todas las clases de la ciudad, principalmente entre la gente de color, no hacen nada" (Advertencia y consejo de José Díez a su sobrino Juan Pablo Duarte y a Los Trinitarios. Cita recogida por Emilio Rodríguez Demorizi en Documentos para la Historia de la RD. Paréntesis míos, jprt).

Introducción.-Hace algunas semanas escribí acerca de los aportes de la diáspora árabe en la República Dominicana. Hacerlo en estos momentos refiriéndome a Haití es más difícil: son momentos candentes de la sentencia del Tribunal Constitucional dominicano, de nacionalismo intransigente,  patriotismo arcaico, chovinismo y xenofobia.  Me parece oir algunas voces proclamando: "¡Ya, lo que nos faltaba!".  Se han escrito torrentes de palabras enumerando las cosas que les hemos dado a los haitianos.  Pero no se hace desde la humildad de persona solidaria, ni con el espíritu caritativo cristiano que dicen seguir como católicos o evangélicos, sino con arrogancia e hipocresía, mas bien como sacaliña.

¿Qué conseguimos los dominicanos con escamotear los aportes africanos y/o haitianos en la conformación de nuestra nación? ¿Ayuda esto a formar nuestra auténtica realidad como pueblo?  Estudiosos de la sociedad dominicana como Hostos, Américo Lugo o Juan Bosch determinaron que nuestra nación, desde su nacimiento, era un Estado fallido, que el pueblo dominicano no tenía conciencia de ente como nación, ni conciencia nacional ni política, mucho menos conciencia de clase. Por su parte los teóricos del racismo y el anti-haitianismo han proclamado que la debilidad de nuestra país es que seamos un pueblo mestizo; que el "negro puro" del haitiano le da su fortaleza y ventaja en relación a nosotros; de ahí el peligro porque se nos impondrían por nuestra indefinición racial.   Esto último es una verdad parcial. Nuestra debilidad no es que seamos una mezcla de raza, sino negarla, rechazar la herencia de una cultura mayoritariamente negra, no  reconocerla para ser más consciente como pueblo, tal y como propugnaban las insignes cabezas arriba mencionadas.


Nada de lo que voy a enumerar es nuevo, ni es secreto, aunque podría serlo para algunos; simplemente está en la historia. Algunos quizá han girado la cabeza para no ver. Unos conscientemente evitan mencionar cuando esgrimen su "patriotismo". Otros "se hacen los chivos locos" pregonando su visión de la historia semejante a las "veladas escolares"  que escenificamos en el colegio, es decir, tan simple como "opresión haitiana-juramento trinitario-trabucazo-y- ¡libres!"  Para identificar esos aportes, en esta primera parte  haremos un recorrido necesario, pero en extremo sucinto por la historia de la isla de Santo Domingo.


La rebelión de Lemba es una historia común de Haití y República Dominicana; significa la primera rebelión de los esclavos en América . Se cristalizó en un ingenio de Haina, propiedad del mismo Diego Colón, uno de los mayores representante del poder colonial esclavista vigente, a quien mantuvo en jaque por considerables años hasta su apresamiento y ejecución.

Cartel de la película Toussaint, que seguramente nunca llegará
a las salas comerciales de los cines dominicanos por el gran
 prejuicio que existe hacia esta figura al ser africo-haitiano.
 Como mucho podrá llegar a la cineteca. Lo mismo pasará
cuando Danny Glober, el destacado actor afroamericano,
finalice su versión financiada con 18 millones de dólares
por el fallecido presidente Hugo Chávez.
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La abolición de la esclavitud aunque fue proclamada por Toussaint Louverture tendría que ser celebrada por todos los habitantes de la isla de Santo Domingo. El prejuicio del que  ya hemos hablado bastante puede ser un elemento que entorpezca esa celebración.  Muchos historiadores coinciden (aunque todavía está en investigación) que fue 26 de enero de 1801 (o entre esa fecha y el 7 de febrero),coincidiendo con una de nuestras fechas patria . Sea cual sea, debe considerarse un acontecimiento común de la isla, ya que no existía la nación dominicana.  Claro, como expresa el historiador Emilio Cordero Michel:



  "mezclar a Toussaint Louverture con Juan Pablo Duarte en una sociedad en la que existe un amplio prejuicio y toda una mitología contra Haití, podría lucir herético a los propugnadores del antihaitianismo y quizás, por ello mismo, no se celebre la  abolición de la esclavitud en dicha importante fecha histórica. Creo que Duarte se hubiera sentido satisfecho de haber nacido en el mismo día que se abolió la esclavitud" (Academia Dominicana de la Historia. Revista Clío No 170).



La Reconquista.- Hubo un personaje nacido en África, Pablo Alíx, líder  militar del Batallón  31 de los Morenos libres; activo  participante en las batallas por la libertad de los esclavos promovidas por Toussaint y aliado en la Reconquista con Juan Sánchez Ramirez. (A partir de ahora no le perderemos de vista para este relato).

La independencia Efímera. En este tramo histórico Pablo Alix igualmente sigue de protagonista. Núñez de Cáceres se ganó al comandante haciéndole promesas que no cumplió, por  lo que éste, al ver que  no cristalizaba la abolición de la esclavitud, le retiró su apoyo a la República Independiente de Haití Español.  Luego se acogió a las negociaciones para unir los dos territorios.

La Ocupación de Boyer.- Al llegar Boyer no hubo ni un levantamiento, aunque los regimientos militares eran dirigidos por los que luego se llamarían "dominicanos"; pero esos "dominicanos" eran negros, morenos, mestizos, pardos o cuarterones como se les llamaba en la época:  cerca del 90% de la población. Como Boyer abolió  la esclavitud ese por ciento mayoritario de pobladores recibió con agrado a las tropas. No era ese tirano cruel y loco que iba matando niños izados y clavados en las bayonetas de sus militares como lo ha pintado la historiografía tradicional.  Veían en Boyer y la unificación la única vía para salir de la esclavitud, por ende recibir tierras y beneficios que no lograron inmediatamente ni plenamente, pero ese sería otro tema de análisis.

 El fin de la esclavitud  en la parte Este, por lo que significó para la dignidad de una población, podría bastar para una muestra de los beneficios de la ocupación de Boyer.  Pero el historiador Emilio Cordero Michel enumera más de diez medidas como el reparto de tierras,  igualdad entre hijos legítimos y naturales, algunos derechos a la mujer; la abolición de juegos de azar, loterías y gallos; confiscación de muebles e inmuebles del clero y limitación de sus poderes, y esto último era importante porque también se perdonaron las deudas que tenía la gente humilde, pues los principales acreedores eran  las órdenes religiosas; también se implementó la ley de moneda y banca. Se impuso la enseñanza primaria obligatoria; establecimiento de Academias de enseñanzas según modelo francés, donde se enseñaba química, física, biología, matemáticas y ciencias en general.

(Claro que se cerró un tipo de universidad dirigida por frailes que adoctrinaban sobre españolismo, por tanto, centro para perpetuar el elitismo y un estatus esclavista).
 Estableció la representación de "dominicanos" en el congreso de Haití. Y a nivel jurídico implementó todos los códigos burgueses napoleónicos que  se han mantenidos con variantes desde la creación de la República Dominicana hasta finales del siglo XX.
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Tres de los próceres luchadores por forjar  la República Dominicana como verdadera nación y Estado, un ejemplo de la importancia de la participación  del elemento racial moreno y mestizo para el éxito de cualquier  y social en esa época. (Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Gregorio Luperón)
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La Independencia y/o Separación de 1844.-  Cuando el 16 de enero de 1844 los Trinitarios publicaron el Manifiesto que fundamentaba la independencia y creación de una nueva nación, expresaban un disgusto, una insatisfacción igual a los que tenían los de la parte Oeste de la isla por el incumplimiento de las expectativas que esperaban de la unión:  "No hubo un solo dominicano que no le recibiera entonces (a Boyer, jprt) sin demostraciones de simpatía. Por doquier donde pasaba, el pueblo salía a su encuentro; creía encontrar en el hombre que acababa de recibir en el norte el titulo de  Pacificador la protección que le había prometido..."(Parte de Manifiesto citado por Juan Bosch en Composición Social Dominicana, Alfa y Omega 1981).


Desde 1938 Duarte estuvo siempre en contacto con los opositores haitianos a Boyer, de los que recibió valiosa colaboración que  con inteligencia utilizó en su lucha táctica para obtener los objetivos de la separación. En 1842 Duarte y el líder opositor Alcius Ponthieux viajaron juntos a Venezuela en busca de recursos para fortalecer la lucha contra Boyer.

La bandera dominicana como debió haber lucido en 1845
cuando simplemente se tomó la de la República de Haití, 
y se le colocaron dos franjas blancas a manera de cruz.
La fundación del Movimiento Trinitario para la mayoría del pueblo  "parecía al principio un movimiento racista de los descendientes puros o casi puros europeos"; pero la lección del fracaso de Núñez de Cáceres se había aprendido: que sin tomar en cuenta la composición social dominicana de mayoría de negros, mestizos, pardos, cuarterones, morenos,  no era posible lucha política con éxito. 

La independencia no se hubiese logrado sin la integración de los moreno y mestizo Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella en la lucha; pero tampoco sin la participación de Santiago Basora, otro antiguo esclavo nacido en África que dirigía otro batallón de africanos; asimismo sin  los cuatro morenos hermanos Puello, principalmente José Joaquín  que dirigía otro batallón de  negros dominicanos. Fue el propio tío de Juan Pablo Duarte, José Diez, quien advirtió a los trinitarios de su importancia y al que a su vez encomendaron constatar con los mismos. Luego José Joaquín integró a otro jefe del Batallón de Africanos, el comandante Miguel Dechapte. 

 Pero he aquí de nuevo, y por tercera vez, entra en escena el destacado Pablo Alix en 1844. Fue quien con su Regimiento inoperó las tropas del gobernador de Santo Domingo, el señor Perrié, destituyéndolo.
Buenaventura Báez, hijo de una morena
llegó a ser parte de la oligarquía domini-
cana y partidario de entregar la soberanía
a los Estados Unidos.

Y Sánchez el moreno, el mestizo,  fue el primer Presidente de la Junta Central Gubernativa, que es como decir el primer Presidente de la nueva República, y Santiago Basora designado comandante del grupo de militares al servicio de esa Junta. Santana fue después el primer Presidente Constitucional.

 Pero claro, ya sabemos lo que pasó: la oligarquía, con Bobadilla, Báez y Santana se adueñó de los esfuerzos trinitarios; el batallón de Santiago Basora fue  trasladado lejos de la capital y desmantelado luego; Duarte fue apresado y deportado; José Joaquín Puello vencedor en la Batalla de La Estrelleta, y su hermano Gabino fueron fusilados y sus regimientos disgregados:  por su gran popularidad se le consideraba a José Joaquín como potencial sustituto de Santana por lo que a éste ya le estorbaba;  eliminados también  Sánchez y su tía María Trinidad, definitivamente los líderes que representaban el elemento negro-mestizo y base de apoyo de la República fue sacado de juego. ¡Vía libre para los partidarios del proteccionismo extranjero!

La Restauración de la República.- La importancia  y fuerza de la composición racial dominicana volvió a ponerse de manifiesto con la dirigencia de otro moreno, Gregorio Luperón, y la participación generalizada del pueblo dominicano por la restablecer de nuevo una República Dominicana libre de toda injerencia extranjera.

(En la continuación de este escrito repasaremos como en dos naciones con muchos años de territorio político único se forjaron aspectos culturales-artísticos  comunes...).

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