"Engañan ambos (gobiernos) a los pueblos con el espejismo de un nacionalismo intransigente que no es amor a la propia tierra, sino odio a la extraña (...)" (Juan Bosch)
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Llegada masiva de italianos a la República Argentina |
Desde finales del siglo XIX y primera década del XX llegó a Argentina una diáspora enorme de italianos buscando lo que todo inmigrante: bienestar propio y de sus familias. “Mi emigro per magnar”, emigro para comer, decía uno de la época. En esos años contribuyeron a desarrollar tremendamente la agricultura, por consiguiente el desarrollo económica de la Argentina.
¿Qué pasó con esos italianos y sus generaciones subsiguientes? Para ser sucinto, diré que se consumó la españolización de los mismos y sus descendientes. Fueron asimilados por la cultura argentina, lo cual no invalida los rasgos híbridos que caracterizan actualmente esa sociedad; y cuando digo “españolización” no me refiero a España, sino a los aspectos de la cultura de la lengua española insertos en la sociedad argentina.
Claro que se escenificaron momentos de crisis y enfrentamientos entre los criollos e italianos recién llegados; pero en la década de 1910 un presidente argentino, Roque Sáenz Peña, ordenó un censo de esos emigrantes, les dio derechos electorales y la ciudadanía a ellos y sus hijos.
Pero los políticos y funcionarios dominicanos al parecer no tienen las cosas claras. Los xenófobos presumen de tenerlas al proponer represión militar, expulsión y “limpia” del país. A los de más nobles convicciones no los veo más que confusos e indecisos. A causa de los dos, se permite que salga a primer plano el interés de impedir a los niños haitianos seguir en las escuelas dominicanas. La anterior Ministra de Educación estuvo muy a la altura de sus funciones y rechazo esto muy claramente. Es claro que, como el caso argentino arriba mencionado, la política de los dirigentes nacionales tiene que ser la integración de los hijos de los emigrantes en las escuelas, asimilarlos a la sociedad dominicana. Así, con el tiempo serán dominicanos como el que más.
¿No piensan que aislarlos en forjar futuros guetos y por tanto resentimientos, por donde se estaría trabajando más en pro de eso que temen los anti-haitianos: una supuesta invasión? Pero esto que se lleva sin graves problemas en las escuelas europeas, estadounidenses y latinoamericanas, en República Dominicana es causa de muchas polémicas. Ahí se demuestra que el rechazo es por ser haitianos, de raza africana 90% pura y muy pobre.
Si se hubiesen puesto las mismas trabas a los sirios, libaneses y turcos cristianos que llegaron a República Dominicana huyendo de la dominación y persecución del Imperio Otomano a principio del siglo XX, dominicanos de diferentes colores ideológicos no admiráramos a personalidades como Amín Abel Hasbún, Jacobo Majluta, Rafael Abinader, Antonio Zaglul, Salvador E. Sadhalá, Elías Wessin y Wessin, Jotin Koury...También otra parte admira a un hijo de padre y madre haitianos: José Francisco Peña Gómez.
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Dos destacados dirigentes políticos de la historia dominicana del siglo XX, de origen libanés y haitiano respectivamente, Amín Abel Hasbún y José Francisco Peña Gómez. El primero fue asesinado por el régimen de Joaquín Balaguer ante su hijo y esposa embarazada; el segundo fue chantajeado toda su vida por los sectores ultraderechistas y anti-haitianos lo que le condicionó su ascenso a la Presidencia de la República Dominicana.
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A continuación narro una experiencia que yo viví. Eliamisa Batista fue una alumna de la Escuela-club 16 de Agosto (en República Dominicana,Herrera,D.N.) en la que trabajé 13 daños. Para entonces, el centro educativo tenía hijos de cuatro familias haitianas (finales de 1980). Eliamisa y los otros niños en verdad estaban entre los mejores estudiantes, social y académicamente; lo cual, debo admitirlo, no dejaba de sorprender al personal docente. Eliamisa terminaba la primaria. Peligraba su graduación. Le faltaba el Acta de Nacimiento.
El personal docente desde principio del año escolar hizo ingentes esfuerzos para obtener dicho documento, visitas a sus progenitores, ayuda en gestiones y trámites, todo sin resultados. Faltando 2 ó 3 días para el fin del año lectivo, por fin “apareció”. El documento de la joven, inscribía: Eleamise Baptiste (eliamí batís), equivalencia en lengua francesa del Eliamisa Batista que hasta ese momento conocíamos.
Los profesores entonces “caímos en cuenta”, o algunos sospechamos que la estaban ocultando para no “delatar” sus orígenes. ¿Ven como los prejuicios y el acoso racista en una sociedad pueden malograr la trayectoria académica de una sobresaliente alumna? Gracias a la persistencia en el correcto ejercicio de la función educativa del personal docente de esa escuela, Eliamisa se graduó. Después del fallo de Tribunal Constitucional, ahora, desde aquí lejos, en la emigración, a tantos años de distancia me pregunto ¿que será de ella en los próximos años o meses?
Es necesario que un dirigente joven y en ascenso como el Dr. Misael Pérez Montero no pretenda tapar el sol con un dedo, diciendo que la ONU, OEA y el CIDH, son los que han difundido “este problema como si fuese de índole xenófobo y no en las verdaderas causas”; causas que él no fundamenta, al contrario las escamotea, ocultándose en el supuesto acatamiento de la ley y las frías resoluciones y/o fallo de la Junta Central Electoral y el Tribunal Constitucional.
Para un dirigente político joven y en ascenso, es elemental estar consciente que sí existe ese racismo o xenofobia desde antes de 1945, 1948 y 1959, años respectivos en que se crearon esas organizaciones. Que es una falacia que RD no tenga que acogerse a resoluciones de esos organismos internacionales en determinados casos. Es tener una visión estrecha y simplista de los Estados modernos. Ya el mundo no está conectado por caminitos reales, mulos y carretas. Por ejemplo, España tiene que acogerse a resoluciones con respecto a la Unión Europea.
También, como ya expresé en la primera parte de este trabajo, siempre se trata de obviar los aspectos económicos sociales. Que el pueblo haitiano ha sido utilizado y explotado sin contemplaciones por gobiernos y empresarios de los dos países, sacando grandes beneficios económicos de su mano de obra barata y muchas veces ilegal. Hubo un tratado muy armonioso entre los gobiernos del Dr. Joaquín Balaguer y Duvalier que facilitaron esa explotación. Hoy, muchos empresarios siguen traficando con los braceros que también mantienen la construcción y la agricultura en el país.
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JUAN BOSCH. Político, literato y pensador dominicano |
Es necesario que todos los dirigentes políticos jóvenes y en ascenso como Misael Pérez Montero, tengan claridad en esta problemática; que crezcan ellos para hacer crecer a sus seguidores en conciencia social y no en prejuicios heredados.Ya sé que muchos adoptan esta actitud por no perder adeptos ya que ciertamente el anti-haitianismo está muy impregnado en las masas populares, entonces tienen que elegir entre la fidelidad a sus convicciones o la demagogia y el
"marketing" político para mantener sus seguidores.
Y para honradez y responsabilidad política e ideológica tenemos a Juan Bosch a quien admiro, respeto y sigo en muchas de sus teorías (y no hay que ser del PLD, que no lo soy).
Este insigne dominicano que solo es comparable a Pedro Henríquez Ureña (como humanista, como estudioso de múltiples facetas del saber), tiene unos cuantos escritos sobre el problema haitiano que hay que leer y, guardando las distancias contextuales porque Bosch no ha vivido la situación actual, pero si la matanza genocida de 1937, no hay mejor cita para este momento difícil en las relaciones dominico-haitianas, que ésta y la que hay al principio de este escrito:
“Nuestro deber como dominicanos(…) es defender al pueblo haitiano de sus explotadores, con igual ardor que al pueblo dominicano de los suyos(…)”
¡Diálogo, mesura, tolerancia y paz para la República Dominicana! Es lo que deseamos para nuestro país y el vecino Haití.
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